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8 de mayo de 2017 13:06

La Floresta, cien años de vecindad

Diferentes artesanías fueron expuestas en ‘La Madre de las Ferias’. Foto: Javier Flores / ÚN

Diferentes artesanías fueron expuestas en ‘La Madre de las Ferias’. Foto: Javier Flores / ÚN

Diego Ortíz

La Floresta inició mayo con una megafiesta por sus 100 años de vida. El tradicional barrio capitalino del centro-norte de la ciudad festejó su cumpleaños a toda máquina con dos días de feria durante el fin de semana.

Música, cine, arte, gastronomía, juegos y demás fueron parte de la llamada ‘La Madre de las Ferias’, un encuentro que se desarrolló el sábado y domingo en este barrio.

Durante esos días, desde las 11:00 y hasta las 20:00, más de medio centenar de artistas y emprendedores presentaron productos como cuadros, artesanías, postres, calzado, ropa, alimentos y demás productos que se manufacturan en esta zona, o que bien son realizadas por productores a baja escala.

Aquí ni siquiera las pequeñas lloviznas de la mañana y tarde del sábado hicieron que la gente dejara de tomarse los espacios públicos para intercambiar experiencias en torno a lo que estaba sucediendo en este lugar.

Este fue el caso de Emilia Espinoza y Valeria Meneses, quienes al salir de sus clases en la universidad fueron inmediatamente a La Floresta para comprar mermelada hecha a mano y ropa de diseñadores emergentes. Par ellas, lo más importante fue tener algo original y único, “y no de supermercado”, dijeron.

Para los vecinos del barrio, esta fue también una oportunidad de conocer a toda la ola de colectivos artísticos y gestores culturales que están moldeando a las calles de esta parte de la ciudad. Fernando López es uno de ellos. Ha vivido por más de 12 años en las inmediaciones de la iglesia de La Floresta, pero fue hasta este fin de semana cuando pudo conocer de cerca a varios de los artistas que han puesto color a las calles de su zona.

En esta feria se abrieron más de 60 puntos. En cada uno de ellos había gente de La Floresta que tiene talleres o pequeños emprendimientos, así como invitados de barrios aledaños. La meta era, según Camila Larrea, coordinadora de la feria, que la comunidad estrechara lazos no solo con los vecinos, sino además con quienes diariamente visitan la zona. Eso sí, ella recalcó que cada uno de los productos expuestos cumplen con el parámetro de ser ecoamigable.

La feria tuvo cosas para todos los gustos. Por ejemplo, quienes querían comer y ver una buena película, acudieron a las inmediaciones del cine Ochoymedio. Allí hubo un paquete especial: por la compra de un crepe se tenía la posibilidad de adquirir una entrada a las salas del lugar.