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5 de agosto de 2020 16:10

Una bebé sin mamá venció al covid-19

La pequeña Valentina es una de las consentidas de enfermeras y médicos

La pequeña Valentina es una de las consentidas de enfermeras y médicos. Foto: Cortesía

Diego Puente

Tiene pocos días de nacida pero ya es una luchadora muy especial. Valentina está en permanente observación. Se encuentra internada en el Hospital de la Policía, en Quito. Los médicos y enfermeras monitorean sus signos vitales y controlan la temperatura de la termo cuna.

La pequeña sobrevivió a un parto por cesárea que se realizó a su madre, que tenía covid-19. Un día después del nacimiento la mamá murió.

Todo comenzó hace un mes. El director del hospital, Javier Buitrón, recibió una llamada del cabo primero Alejandro Escobar, y le suplicó que permita el ingreso de su esposa a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), porque en el hospital del Tena (Napo) no presentaba mejorías y sus cuadros de insuficiencia respiratoria aumentaban.

Buitrón recuerda que el policía Escobar estaba desesperado, porque su esposa estaba en un avanzado estado de gestación.

En un inicio, Buitrón le dijo que estaban las camas copadas. Pero ante la insistencia del cabo consiguió un espacio al llevar a uno de los pacientes con mejor cuadro clínico a un piso.

Con la garantía de tener la atención médica se dispuso el traslado de Érika Cando, de 31 años, desde la ciudad amazónica hasta Quito. La movilizaron vía terrestre, en ambulancia.

Ya en la capital, los médicos observaron que la mujer estaba no saturando lo suficiente (la cantidad de oxígeno que ingresaba a sus pulmones no era la necesaria) y decidieron intervenirla para sacar a la menor de 30 semanas de embarazo y así evitar que la vida de la niña corriera peligro. El nacimiento se registró el 11 de julio.

El esposo de Érika, Alejandro, vino desde El Tena junto con su esposa. Estuvo pendiente del parto y la muerte de su mujer le provocó un cuadro de ansiedad. Él ahora se encuentra en Tena, porque presentó síntomas de covid-19 y necesita mantener el obligatorio aislamiento.

Buitrón acude a la termocuna para tomarle fotos y videos a la niña, y las envía a su padre por WhatsApp.

También aprovecha para hablar con la menor y decirle que todo va a salir bien. Así, dice el Director del hospital, trata de que el papá esté tranquilo con las atenciones médicas que le brindan en la casa de salud. “Es un aliciente para calmar la pérdida de su esposa”, agrega.

Érika ya tenía síntomas graves de covid-19 durante la cesárea. Presentaba dolor, hinchazón general y falta de oxígeno.

Por eso, cuando nació la bebé se extremaron esfuerzos para mantenerla con vida. Pasó tres días en cuidados intensivos neonatales. Ahora se encuentra en observación.

Se mantiene conectada a una cánula con oxígeno y la alimentan mediante una sonda. Los médicos dicen que está fuera de peligro. A Valentina le practicaron una prueba PCR y salió negativa para coronavirus.

Está bien. En el Hospital también le dicen Esperanza, porque “es un símbolo de que se pueden salvar vidas, sin importar lo frágiles que sean, durante la emergencia”.