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5 de febrero de 2019 11:18

Bomberos de Quito cambian de cachina

Ya se presentaron las nuevas galas de los efectivos del Cuerpo de Bomberos de Quito. Foto: cortesía Bomberos Quito

Ya se presentaron las nuevas galas de los efectivos del Cuerpo de Bomberos de Quito. Foto: cortesía Bomberos Quito

Redacción Últimas Noticias
(I)

Sacando pecho andan los bomberos de Quito, porque desde ayer, 4 de febrero del 2019, los 1 200 efectivos lucen nuevas prendas. Todo para que se sientan más identificados con la ciudad y les reconozcan a leguas.

Otro objetivo: homologar las cachinas a escala nacional. De los 240 cuerpos de bomberos que hay en el país, el 80% ya hizo el cambio: camisa roja y pantalón azul, por ejemplo. Y Quito era de los pocos que no.

El proceso para esa transformación arrancó en octubre pasado, pero solo hasta ayer todo el personal ya lucía sus cambiados uniformes. Allí está el uniforme azul entero, para usarlo en la oficina y en los eventos especiales (de parada), elegantísimo está y hasta parece de aviador. El color azul es internacional para todos los bomberos del mundo.

También se sumó el rojo combinado con azul para las prendas del diario y para trabajar en la ciudad; en cambio, el blanco con azul es para laborar dentro de la oficina. Los uniformes para combatir los incendios no cambiaron, esos quedan tal cual y con sus estándares altos en seguridad.

Una novedad: las palas de los grados de los efectivos bomberiles no se llevan en los hombros, sino en las mangas. Eber Arroyo, comandante del Cuerpo de Bomberos Quito, indicó que eso no es necesario porque “nosotros no somos ni militares ni policías y no tenemos una vida uniformada a ese nivel, así que no es necesario llevar los grados en los hombros”. Esas palas solo se visualizan en las camisas, exclusivamente para una identificación interna, nada más.

Arroyo agregó que el hábito no le hace al monje, por eso la nueva cachina no significará un cambio en su trabajo o en su operatividad, porque seguirán siendo efectivos y con harto cariño para la ciudad.

La adquisición de las prendas se hizo con la empresa del Estado, Fame; de ahí que, las prendas cuentan con una trazabilidad (registro hasta del código del hilo con el cual se confeccionó) y líneas de seguridad. Eso con el fin de que los ‘vivísimos’ no clonen los uniformes y hagan de las suyas.