La casa Chérrez se volvió escombros
Hasta los muros de piedra al natural que decoraban la casa Chérrez están fragmentados. Muy poco de la estructura de esta construcción, que ganó el Premio Ornato en 1964, sigue todavía en pie.
Ni bien se emitió el licenciamiento de derrocamiento el 22 de julio pasado, los obreros encendieron la maquinaria para acabar con esta creación del arquitecto Oswaldo de la Torre, que está en la calle Quiteño Libre, en Bellavista, en el norte de Quito.
Ayer, 30 de julio del 2019, sobre una montaña de escombros estaba una pala mecánica que acomodaba algunos de ellos en un camión ubicado en la vereda. Por allí pasó Pablo Moreira, en la mañana, y constató como casi nada de esa casa podía reconocerse ya.
Él es el presidente del Colegio de Arquitectos de Pichincha, un gremio que considera parte del legado que dejó el Movimiento Moderno de la arquitectura está perdiéndose porque no se ha realizado un buen inventario del patrimonio moderno de Quito.
Moreira cuenta que el gremio se ha acercado varias veces a las autoridades. La última vez, vieron con tristeza cómo la casa Brauer, que estaba en la avenida Brasil, fue derrumbada.
Entonces, dice, se acordó una consultoría que debía tomar tres meses pero van 10 y aún no hay resultados. Y fue en esa brecha que se perdió la casa Chérrez.
Según María Fernanda Duque, de la Dirección de Gestión del Territorio de la Administración Zonal Eugenio Espejo, en esas oficinas se emitió la licencia de demolición luego de juntar documentos habilitantes como el informe de regulación metropolitana.
En este pueden constar, por ejemplo, protecciones a bienes patrimoniales, pero esto no existía para la casa Chérrez. Ni la Administración ni el Colegio de Arquitectos conocen cuáles son los planes a futuro para construir en ese terreno.
A nombre del secretario Rafael Carrasco, la Secretaría de Territorio, Hábitat y Vivienda envió un pronunciamiento por escrito que señala que la casa Chérrez no está en los listados oficiales de la Secretaría del Concejo de la ciudad y por tanto no contaba con protección patrimonial.
Pero señaló que el Municipio sabe que la arquitectura moderna es valiosa para la ciudad. Por ello, se coordinará con el Instituto Metropolitano de Patrimonio, para revistar y acelerar el inventario de arquitectura moderna pendiente.
