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25 de septiembre de 2019 11:04

La casa del Colegio Mejía espera obras

En los techos del plantel se puede ver el deterioro. Foto: Vicente Costales / ÚN

En los techos del plantel se puede ver el deterioro. Foto: Vicente Costales / ÚN

Ana Guerrero
(I)

La construcción del edificio del Instituto Nacional Mejía se impulsó desde 1920 y terminó en 1937. Luego de ese largo trayecto, la edificación patrimonial ya anda con daños. El proyecto para intervenirla está en proceso.

Mientras los trámites para arrancar con las obras se completan (que son especiales dada su condición de edificio patrimonial), se puede observar la factura del paso del tiempo en espacios como los techos.

En la Subsecretaría de Educación del Distrito Metropolitano informaron que actualmente se encuentra en proceso de recepción definitiva de los estudios realizados por la Universidad Central del Ecuador.

Según la entidad, la propuesta está ya en revisión del Municipio de Quito. “La U. Central dentro del contrato firmado tiene la obligación de tener los permisos como producto de los estudios”.

Viviana Figueroa, titular de la Unidad de Áreas Históricas de la Secretaría de Territorio, Hábitat y Vivienda, informó que la entidad ha dado asesoría técnica durante el proceso de elaboración del proyecto y la propuesta está ahora en estado de revisión.

El plan de intervención para guapear al edificio (que fuera construido por gestión del entonces rector Manuel María Sánchez) contempla una readecuación integral del edificio patrimonial, así como de áreas anexas que no fueron consideradas en intervenciones anteriores.

Y, de paso, se realizará una reingeniería a nivel estructural, eléctrico, electrónico, hidrosanitario. No se quedará fuera la intervención a nivel museológico, en todos los espacios de este tipo con los que cuenta el plantel.

El deterioro físico más fuerte está en el edificio principal. A los sistemas eléctricos e hidrosanitarios del colegio, por su antigüedad, ya les urge una intervención integral. Pero no vaya a creer que por los daños se han parado las actividades educativas.

Los guambritos del Mejía siguen ocupando las instalaciones. Según la Subsecretaría, los estudiantes usan los espacios ya que no existen riesgos a nivel estructural. Sin embargo, “es impostergable la intervención en un edificio tan representativo de la ciudad, para evitar que se siga deteriorando”, aseguró.

Edwing Guerrero Blum, en su libro sobre la ‘Historia del Instituto Nacional Mejía’, recapitula que el Congreso de 1920 escuchó la solicitud de Manuel María Sánchez.

Y este ordenó a la Junta Administrativa la construcción. Para ayudar a financiarla se aprobó un impuesto especial a bebidas, en Pichincha. Por ejemplo, 30 centavos por botella de whisky y otros licores extranjeros.

Iván Ruiz, vicepresidente de la Sociedad de Egresados del Mejía 2019-2021, dice que siguen a la espera de las obras. Recuerda que como aporte para el proceso, la organización buscó en archivos el documento que certifica al Mejía como propietario del predio. Estuvo 83 años perdido.

Ruiz comenta que les llegaron noticias de que las obras podrían ejecutarse el 2020. Pero aún no hay una certeza. En la Subsecretaría informaron que aún no se tiene el presupuesto definitivo, pues se hacen ajustes a los estudios. Una vez que se cuente con la aprobación municipal, el cronograma de intervención se definirá.

Lo que ya se ve, pero que es parte de otro plan, es la intervención en el estadio para colocar césped sintético. Ruiz hace notar que, de pasito, se debería arreglar la pista y no dejarla de tierra. Así como terminar la construcción de unos baños y habilitar unos laboratorios.