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18 de mayo de 2021 17:51

La casa Vaca, la primera premiada

Sus cuatro pisos, toda una novedad en 1913. Foto: Vicente Costales / ÚN

Sus cuatro pisos, toda una novedad en 1913. Foto: Vicente Costales / ÚN

Betty Beltrán
(I)

La carrera por alcanzar el Premio Ornato ‘Ciudad de Quito’ 2021 comenzó ayer, 17 de mayo del 2021, con la socialización de las bases de este concurso que lleva más de un siglo de vigencia. La iniciativa surgió en 1913 y suma 110 galardonados.

Aquella casa de cuatro pisos, de la esquina sur de la Guayaquil y Galápagos, fue la primera en la lista. En sus primeros años fue exclusivamente para residencia; en la actualidad sus estancias acogen a locales comerciales.

Este premio tuvo unos años de silencio, hasta que en el 2013 lo retomó la Secretaría de territorio, menciona Viviana Figueroa, curadora del concurso. Justo ella es quien cuenta algunos detalles de este inmueble que, afortunadamente, se mantiene en pie.

Para 1913, la calle Guayaquil acogió una de las casas con grandes características arquitectónicas, pues fue construida por uno de los arquitectos más reconocidos de entonces, el alemán Francisco Schmidt.

El dueño de la casa, probablemente Vicente Vaca, tuvo muchos recursos, por eso contrató al arquitecto más renombrado de la época.

Francisco Schmidt llegó al país por invitación del entonces presidente Gabriel García Moreno. Construyó el Teatro Sucre, el antiguo Hospital Militar, la Escuela de Artes y Oficios, La Circasiana, el Observatorio Astronómico, el penal…

La casa de la Guayaquil y Galápagos fue muy grande para la época, tiene 1 500 metros cuadrados de construcción, cuenta con un patio lateral y balcones salientes, “muy exagerados”.

Esa última descripción se consigna en las actas de cabildo, anota Figueroa. También se dice que “es una casa de gruesa albañilería”. O sea, que tiene muchísimos detalles y muy pronunciados.

Esa característica, agrega la curadora del Premio Ornato, era frecuente en la época, pero una de las características más sobresalientes de la casa fue su distribución interior y sus servicios independientes (los baños se incluían en la vivienda, no al exterior).

La casa no fue la primera que se levantó en el ingreso al Centro de Quito, pero sí fue la más guapetona por sus balcones y por su altura, la más langarota, pues en esa época las casas máximo llegaban a tres pisos.