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17 de agosto de 2018 16:23

La casa del higo rejuvenece

La vivienda está ubicada en plena calle De las Siete Cruces; allí funciona la sede de la Colonia de Quiteños Residentes en Quito.

La vivienda está ubicada en plena calle De las Siete Cruces; allí funciona la sede de la Colonia de Quiteños Residentes en Quito. Foto: Betty Beltrán/ÚN

Betty Beltrán

Es una de las casas más emblemáticas del corazón del Centro Histórico de Quito. Se llama Casa del Higo y se levanta en la García Moreno N7-37 y Manabí, y en estos últimos meses se la renueva, para que rejuvenezca.

El Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) metió mano en la rehabilitación de la cubierta, consolidación de muros portantes y confinamiento estructural. Esta fase concluyó hace un mes y medio.

La intervención de esa parte alcanzó una inversión aproximada de USD 90 000; durante 4 meses laboraron 20 obreros y cinco técnicos.

Actualmente, de parte de los herederos del predio, se hace otro tipo de arreglos. La casona, se sabe, fue una de las primeras en ser construidas en la misma cuadra donde el español Sebastián de Benalcázar fundó Quito; data del año 1650.

Sin embargo, la vivienda -donde ya se han colocado nuevas cubiertas- consta en el padrón de Santa Bárbara del año 1768, en el archivo de la Curia y en el Archivo Municipal.

Desde aquella época hasta la actualidad ha tenido 14 propietarios, comenta Pablo Recalde León, uno de los tres herederos. En una de las paredes del predio hay una placa con los nombres de los afortunados.

La familia Recalde la tiene desde 1954 y en esa época se plantó en el patio principal una higuera que, hoy por hoy, es patrimonial y que hasta placa de reconocimiento tiene, que data del 10 de julio del 2010. El árbol es tan grande que da un olor particular al patio.

Se calcula que a inicios de diciembre, justo en las fiestas de Quito, esta joya del Centro estará lista para mostrarse con toda su elegancia. La inauguración será con vaca loca incluida.

El sitio seguirá siendo una vivienda, adelanta don Pablo. También la sede de la Colonia de Quiteños Residentes en Quito y se abrirá un pequeño espacio que se llamará Café del Higo.

Con eso no se descarta que en la casona se instale una representación diplomática (Consulado), aunque esto se verá con el tiempo. Don Pablo reconoce que los gastos que ahora enfrentan son altísimos, por eso se hizo una minga entre los tres herederos.

Y con una planificación muy bien pensada no hay día que no se trabaje, el grupo de ocho obreros está a millón y concentrado en los tres cuartos principales de la emblemática casona.