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12 de septiembre de 2022 23:04

Las caseritas andan contentas con la remodelación

Los clientes madrugan para hacer sus compras en el mercado, los días de feria. Fotos: Roxana Madrid  /ÚN

Los clientes madrugan para hacer sus compras en el mercado, los días de feria. Fotos: Roxana Madrid /ÚN

Karen Madrid

Las caseritas del Mercado 30 de Octubre de Alangasí están con la expectativa por los arreglos que se están haciendo y se harán en su espacio de trabajo. Y es que desde hace más de 30 años que el centro de abasto funciona, pero nunca se han hecho cambios significativos en su infraestructura.

Ahora están metiendo mano la Administración Zonal Los Chillos, Prefectura de Pichincha, Agencia de Coordinación Distrital del Comercio (ACDC) y el Gobierno Parroquial.

Son 35 comerciantes los que atienden en ese lugar. La mayoría son mujeres, algunas de ellas llevan trabajando ahí casi 20 años. Las ferias son los jueves y sábados de 06:00 a 16:30.

Jovana Tipán: ‘De a poco se mejora nuestro mercado’

Ella es la flamante presidenta de la asociación 30 de octubre del mercado.

Jovana Tipán

Cuenta que las vendedoras del centro de abasto están emocionadas por esta gestión.

“Vendo pan de casa: de trigo, hecho en horno de leña. También hago preparados de jugos, batidos, chocolatito y ahora, colada morada.Ya son como unos 16 años que estoy aquí en el mercado y como presidenta estoy en este período, que
es de dos años.
La remodelación del mercado es una obra que desde hace bastante tiempo hemos tenido la necesidad de hacerla para dar una mejor atención al cliente, tanto a personas de Alangasí como a quienes nos visitan desde otros lados.
Una vez formada la asociación, quisimos hacer algo por el mercado y pedimos ayuda a las autoridades.
Gracias a la gestión de la doctora de la Junta Parroquial (Nathaly Escaleras), que nos está apoyando.
Pienso que la parroquia, que ahora está tan grande, se merece un cambio.
Espero que vengan, que colaboren con nosotros. Somos del pueblo, personas que
cultivan de sus huertos. Estamos aquí para servirles y atenderles de la mejor manera. Hay precios cómodos y cosas frescas. Tenemos carnes, pollo, mariscos, verduras... Hay variedad de comidas como el hornado que es fresquito”.

Rosa Morales: ‘Todas ayudaron en esta gestión’

La caserita trabaja en el patio de comidas y es toda una experta en la preparación de varios platos típicos.

Rosa Morales

Ella es madre de familia y busca sacar adelante a sus hijos con su trabajo de ventas.

“Estoy aquí en el mercado hace más de 10 años, en la sección de comidas preparadas. Ofrezco tortillas con caucara, tortillas de maíz, secos de pollos, cafecito con tortillas de maíz. Sin duda, los cambios son para bien. Las compañeras estamos más que contentas porque vamos a poder atender bien a nuestros clientes y así tener más acogida en nuestros emprendimientos.
Es un sueño que se va a hacer realidad.
Hemos tenido compañeros presidentes (del mercado) que han estado en esa labor de que nos ayuden, pero no nos han dado oídos.
Nuestro anhelo es que los clientes vean que todo está bien presentadito y que nos visiten. Aunque no trabajamos todos los días, es una ayuda bastante que tenemos con nuestro lugar de trabajo.
Por eso estoy aquí el día a día de las ferias, luchando para sacar adelante no solo a mi familia (seis hijos), sino a la Asociación que somos del mercadito.
Aprovecho para hacer una invitación a todos los barrios de aquí de la parroquia y a otras personas.


Rosa Cuichán: ‘Ojalá así vengan más clientes’

Ella atiende en la sección de frutas, verduras y hortalizas del mercado y también va años en este lugar.

Rosa Cuichán

Considera que el mercado necesita algunas implementaciones para mejorar la comodidad de los clientes.

“Mis productos son orgánicos y dando gracias a Dios son frescos y sí se venden. Yo ya trabajo unos 18 años aquí.
Esta remodelación que se está haciendo es una obra que se necesitaba para mejorar nuestro Alangasí, porque siempre el mercado ha sido olvidado. Dios quiera sigamos adelante con el esfuerzo.
Ahora, el Gobierno Parroquial ha palpado nuestra necesidad y nos ha visto en aguaceros, cómo nos afecta el sol en el verano.
En cuanto a cosas que se pueden mejorar pienso que como todos jalamos nuestros bolsos, sería bueno unos coches de entrada y salida para que los caseritos tengan movilidad, puedan hacer sus compras y se sientan cómodos.
También hacer un lugar donde puedan descansar, porque en el patio de comidas ingresan a consumir, pero hay gente que no tiene dónde acomodarse. Esa es otra necesidad que tenemos.
Los clientes vienen aquí y se sienten seguros, no tenemos delincuencia. Dejan sus carros y hacen tranquilamente sus compras.
Espero que la autoridades se acuerden de nosotros, somos madres que trabajamos día a día. Y la mayoría somos mujeres, solo hay dos hombres”.

Reactivación

Como a todos, la llegada de la pandemia provocó grandes afectaciones. En el caso de las vendedoras que trabajan en el patio de comidas, no les permitió cumplir con su jornada laboral, por lo que paralizaron las actividades por un par de meses y eso representó pérdidas de ingresos.

Mientras que las caseritas que atienden en la sección de verduras y hortalizas, arriesgando su vida, sí asistieron a trabajar para no dejar a sus clientes... Ahora, poco a poco se están reactivando.

Trabajo en conjunto

La Administración Zonal se está ocupando de construir el parqueadero, el cerramiento y hacer el cambio de mallas del mercado; la Prefectura se encarga de la cubierta, puestos para compañeros que venden verduras y carnes; mientras que la Agencia de Coordinación Distrital del Comercio (ACDC) hará la remodelación del patio de comidas.

Por otro lado, desde el Gobierno Parroquial les van a ayudar haciendo una entrada para el mercadito.