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26 de octubre de 2022 21:50

Ya es tiempo de recoger catzos

Para la preparación se saca las patas y alas del catzo blanco. Foto: Roxana Madrid / ÚN

Para la preparación se saca las patas y alas del catzo blanco. Foto: Roxana Madrid / ÚN

Karen Madrid

Con la llegada de las aguas a la Sierra también aparecen los conocidos catzos blancos.

La recolección de estos escarabajos es una tradición que lleva décadas y se ha mantenido en algunas zonas de la ruralidad. El tiempo pepa para encontrarlos, dicen los entendidos, va entre octubre y noviembre.

En Píntag, en el suroriente de Quito, andan en los terrenos donde pastan vacas.
Los vecinos aprovechan su salida -que se da una vez al año- para luego prepararlos, comerlos y hasta venderlos en los mercados, pues resulta un manjar en esta época de invierno.

“Mi mami nos decía que hay una época en la que salen los catzos y cuando empezaba la lluvia ella decía: Mañana sale catzos, todo el mundo se levanta”, recuerda Judith Pilaquinga, de 45 años, que vive en el barrio Valencia.

Desde los 8 años, ella acompañaba a su madre a coger catzos junto a otros guaguas. Cada uno llevaba su propio bote. Por eso sabe que no todos los días salen estos animalitos de sus guaridas, ya que tienen ratos de descanso. Además, deben darse las condiciones apropiadas.

Una de las principales es que llueva en la tarde del día anterior. Hay quienes creen, incluso, que no debe ser con truenos.

Para coger los catzos toca madrugar, incluso antes de que se aclare el día. Foto: Roxana Madrid / ÚN

Para coger los catzos toca madrugar, incluso antes de que se aclare el día. Foto: Roxana Madrid / ÚN


Desde las 05:000, las familias se reúnen en grupos y esperan a que los pequeños escarabajos salgan por cientos a la superficie. La temperatura del ambiente debe ser la adecuada, no muy fría. Tampoco el día debe estar claro.

Los pinteños cuentan que cuando los catzos salen es para reproducirse. Y se los puede ver mientras vuelan, por unos 15 a 20 minutos.

Ahí hay que aprovechar atrapándolos, porque ya no salen en otra hora del día.
Lo que no se debe hacer es ruido, ni menos alumbrarlos con linternas, ya que eso los alerta y hace que se escondan.

Preparación

Una vez recolectados los catzos -se les guarda con un poquito de harina y sal para que no pierdan su esencia- y viene el momento de la preparación, que dependerá de los gustos de cada persona. “Nosotros le dejamos en agüita con sal para que se consuma esa salcita y no tengamos que añadirle al momento de freírle”, cuenta Pilaquinga.

Luego, se les quita las patas y alas y se los coloca en un recipiente con agua.
Un truco es dejarlos reposar en leche y sal de un día para otro, para que se quite el sabor un poco amargo que tienen.

Después se retira el agua o leche y se coloca a los escarabajos en la sartén. Se procede a freírlos con algo de aceite.

Algunas personas colocan los catzos en agua, otras los dejan en leche. Foto: Roxana Madrid / ÚN

Algunas personas colocan los catzos en agua, otras los dejan en leche. Foto: Roxana Madrid / ÚN

Algunos le echan condimentos como ajo, pimiento y cebolla blanca. Otros en cambio, prefieren disfrutar de su sabor natural y a lo mucho le añaden un pisquita de sal.

Comúnmente se acompañan los catzos con tostado, aunque los vecinos cuentan que hay quienes los sirven con arroz, un encurtido y hasta en cebiche.

Lo que sí, es que se trata de una receta única que forma parte de la tradición gastronómica quiteña. Es más, hasta es avalada por el Ministerio de Salud del país, debido a su contenido alimenticio no tóxico.

Si bien con el tiempo ha ido disminuyendo la cantidad de catzos que se encuentra en los terrenos, lo que no se ha perdido es el gusto por salir a recolectarlos.

María Llulluna, de 63 años, dice que aprendió esa costumbre por sus abuelitos. Y recuerda que lo que siempre hacían era recoger los catzos y enseguida prepararlos para comerlos. "Nosotros los hemos cogido siempre por el gusto de comerlos, porque son bien ricos con tostado", comenta. "Todo una vez al año es rico", agrega.

Gabriel Noroña, presidente del Gobierno Parroquial, señala que esta tradición es de hace algunas décadas atrás. "Se recolectan los escarabajos y tienen su preparación, su platillo. Y eso se vuelve ya hasta una comida exótica, tradicional de aquí de Píntag, que es apetecida por los habitantes y turistas".

Los catzos se acompañan normalmente con tostado. Foto: Roxana Madrid / ÚN

Los catzos se acompañan normalmente con tostado. Foto: Roxana Madrid / ÚN


Aporte gastronómico, turístico y económico

"Estamos a la expectativa de la naturaleza que nos brinda este manjar y ahí tenemos el beneficio para lo gastronómico, económico y el turismo", menciona Noroña, quien cuenta que algunos de sus vecinos van a vender los catzos en las plazas.

Y con decirle que aproximadamente 1 libra cuesta unos USD 10. Además, las familias se unen para ir a recolecta en ese sector. Los visitan desde Quito, Alangasí, Conocoto...

El presidente del Gobierno Parroquial añade que lo que se busca es inculcar el amor a la naturaleza por lo que provee, y así ser responsables y cuidar de ella.


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