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21 de junio de 2017 13:20

Cierre del CMT, en firme

En el Centro del Muchacho Trabajador de  La Marín los niños reciben hasta tres comidas.Foto: Ana Guerrero / ÚN

En el Centro del Muchacho Trabajador de La Marín los niños reciben hasta tres comidas.Foto: Ana Guerrero / ÚN

Redacción Últimas Noticias

No hay vuelta atrás. El Centro del Muchacho Trabajador de La Marín, que por 53 años fue “la casa” de cientos de familias, se cerrará en agosto, con los vacacionales. Entre los padres y los 270 niños que asisten a las aulas aún hay una esperanza. Sin embargo, la notificación ya llegó.

La Compañía de Jesús es la rectora de la obra social y emitió un comunicado en el que explica las razones. Los jesuitas dijeron: “Desde hace algunos años hemos experimentado circunstancias complejas que nos obligan a tomar acciones oportunas para garantizar la continuidad de nuestros servicios (…) sentimos a diario los efectos de la reducción progresiva de la cooperación internacional que afecta ostensiblemente nuestras finanzas”.

Gran parte de la ayuda llegaba desde EE.UU. USD 50 000 se requieren al mes para los servicios.

La decisión incluye unificar los dos establecimientos del Muchacho Trabajador, el de La Marín y el de Cotocollao. Este último es el que se mantendrá abierto. Édgar Andrade, director ejecutivo, señaló que las familias deben decidir si optan por esta alternativa.

Otra ruta, dijo, es que las familias que asisten a La Marín se vinculen con la comunidad de los padres salesianos (ya está hablado y un establecimiento está en Solanda). Como uno de los servicios es la educación básica, un compromiso es hacer un acompañamiento para que sigan con los estudios en el sistema público.

Los padres aún no se resignan. Yolanda Tenorio, quien ha tenido a sus seis hijos en el Centro y es una de las voceras, transmitió el mensaje: “lucharemos hasta el último”. La mujer contó que planifican una protesta para pedir que el lugar no se cierre. Ella y otros representantes piden que al menos les dejen la escuela, aunque ya no la comida, el servicio de salud y los cursos que recibían.

Ir a Cotocollao no es una opción, asegura Tenorio, pues la mayoría vive en el sur o el Centro. Ella, por ejemplo, sale 05:30 de la Cdla. Manuelita Sáenz, llega con sus tres hijos a La Marín, ahí mismo desayunan, ella sale a vender y los guaguas se quedan en las clases.