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2 de mayo de 2019 10:05

‘Caza’ de especies en Quito

Un grupo de la Católica se unió al reto de naturaleza urbana. Foto: Misael Morales / ÚN

Un grupo de la Católica se unió al reto de naturaleza urbana. Foto: Misael Morales / ÚN

Redacción Últimas Noticias
(I)

Fueron 1 320 personas las que se unieron al reto de volver los ojos a la biodiversidad de Quito. Esta cifra se registró hasta el martes 30 de abril en la mañana y aún hay chance de que suba. El tope para tener el dato final es el domingo 5 de mayo del 2019.

La capital es parte del Desafío Naturaleza Urbana, en el que compiten unas 150 ciudades del mundo. Es impulsado por la Academia de Ciencias de California y el Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles.

Los participantes cumplieron la tarea de registrar las especies de flora y fauna de la capital durante cuatro días, desde el pasado viernes hasta este lunes 29 de mayo. Se plantearon varias rutas por parte de colectivos, universidades y comunidad en general: reservorio de Cumbayá, parque Rumipamba, parque Guangüiltagua...

La ciudad que ganará es la que más número de especies reporte. Claro que también se fijan en los participantes, así como en observaciones subidas a una plataforma. En el caso de Quito es la aplicación Natusfera, para iOS y Android. Es gratuita. Tocaba tomar fotos y subirlas.

La convocatoria tuvo pegue y el número de participantes ya casi alcanza a los registrados por San Francisco, que en 2018 fue la ganadora del reto con 1 532 personas que captaron 3 211 especies.

Martín Bustamante, director del Zoológico de Quito y uno de los promotores de que la ciudad emprendiera el reto, comparte la alegría por la respuesta de la gente.

“Fue una sorpresa, nunca pensamos que íbamos a tener una respuesta tan masiva. Más de 1 300 personas están pensando en la biodiversidad”, dijo Bustamante . Entre los organizadores está la Universidad Tecnológica Indoamérica.

Explica que la cifra de participantes, observaciones y especies se actualiza porque aún hay la opción de subir imágenes tomadas dentro del plazo establecido en el concurso.

Hasta la mañana del martes 30 de abril iban 35 049 observaciones o registros (varias personas pueden haber subido la imagen de una misma variedad). Ya se habían alcanzado 601 especies.

Para identificar las variedades registradas a través de Natusfera, trabajan expertos de las universidades Católica, Politécnica, Central, el Museo de Ciencias Naturales, entre otras instituciones.

Entre las especies observadas en la urbe están la tórtola (Zenaida auriculata), con 82 observaciones, así como la abeja (Apis mellifera), con 57 individuos.

El premio es la distinción y, más que nada, que la comunidad recuerde que, en los jardines, parques, quebradas y hasta en los parterres hay biodiversidad. Claro, si la comunidad no se pone ‘once’, cada vez serán menos.

Para no ir muy lejos, Andrés Ortega, veterinario y director de la especialidad en la UTE, explica que hasta hace unos años era común ver lagartijas o culebras pequeñas en los jardines de los hogares capitalinos.

Ahora, las cuatro especies de serpientes de Quito y valles aledaños, ninguna venenosa, se limitan a quebradas y parques metropolitanos. Según datos de la Secretaría de Ambiente, hay 182 hondonadas identificadas.

Las culebras bobas (Erythrolamprus epinephelus), por ejemplo, son animales diurnos y de hábitos terrestres que tratan de escapar cuando se les aproxima una persona. No será rudito, acolitará a cuidar. Ese es el mayor reto de los capitalinos.

Quito tiene hartas áreas verdes y por eso mismo hay que cuidarlas antes de que estas marchen. Según el Municipio, Quito es la urbe del país con más sitios verdes por habitante. El Índice Urbano Verde (IVU) es de 21,6 metros cuadrados por persona. La Organización Mundial de la Salud marca como un parámetro internacional entre 9 y 15 m2.

Andrea Muñoz, decana de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Católica, durante el reto decidió salir a buscar la biodiversidad en La Floresta, junto a un grupo de estudiantes.

Como refiere Muñoz, de entrada, la palabra floresta tiene su origen etimológico en bosques y flores. Hay vecinos que cuentan que antaño había grandes extensiones de bosques de eucaliptos. Pese a que lo verde se ha ido perdiendo, aún el barrio es uno los que tiene mayor cobertura vegetal. El grupo logró 687 observaciones.

El colectivo Aves Quito también se unió. Y, comentó Sandra Espinoza, de la coordinación del grupo, están en proceso de identificación de las especies para compartir sus resultados.