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28 de junio de 2017 13:38

Controles sí espantan a vendedores sin papeles

En el Centro Histórico de Quito, como en La Marín, hay harta presencia de policías metropolitanos. Foto: Ana Guerrero / ÚN

En el Centro Histórico de Quito, como en La Marín, hay harta presencia de policías metropolitanos. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Redacción Últimas Noticias

Se acuerda que desde hace varias semanas la Policía Metropolitana salió con todo a controlar las ventas en el espacio público y de forma especial en el Centro Histórico de Quito. Resulta que los operativos sí han dado resultado.

Basta con ir a la calle Chile para ver cómo los vendedores ambulantes andan espantados. María Daquilema, vendedora de frutas, cuenta que no les dan chance para vender, pues los efectivos están por todos lados. Ahora “toca sacar el producto poco poco”.

La mujer llegó desde Riobamba hace siete años y tiene cuatro hijos. Su esposo, relata, es albañil y desde hace cuatro meses no le cae ni una obra. Así que no le queda de otra que seguir saliendo a vender.

Los comerciantes no han desaparecido, pero ya no andan amontonados.
Como recalca el director de la Policía Metropolitana, el coronel Carlos Aguirre, los operativos reforzados serán permanentes. Y sí están logrando el objetivo propuesto: disminuir el comercio informal en el Centro Histórico y en otros puntos de la ciudad.

Los controles se llevan a cabo con alrededor de 400 efectivos, quienes trabajan en turnos y se van moviendo según las necesidades. El procedimiento establece, primero, notificaciones verbales, luego exhortos y, finalmente, se aplica el retiro del producto.

Para Daquilema, el decomiso es el mayor temor. En las mismas está Gladys Trávez, quien ha vendido desde hace años en la calle Rocafuerte. Ahí sigue, pero calle arriba y calle abajo, por los controles.

Aguirre hace una invitación a no tomarse las calles, sino a regularizarse, acudir a las administraciones zonales y hacer el trámite. También a no pegar a los uniformados.

Resulta que la semana pasada, dos metropolitanos fueron agredidos en el sector de La Marín. Tras el hecho, dice Aguirre, una persona fue sentenciada a tres días de cárcel.

Así como los comerciantes piden respeto y tino, el coronel asegura que no aceptarán agresiones y la institución defenderá al personal por la vía legal.