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27 de noviembre de 2017 08:21

La Corte no paró ni el fin de semana

Jorge Glas no mantuvo ningún contacto con su tío, Ricardo Rivera, durante el desarrollo del juicio. Foto: Agencia API

Jorge Glas no mantuvo ningún contacto con su tío, Ricardo Rivera, durante el desarrollo del juicio. Foto: Agencia API

Redacción Política


El ambiente en la sala de audiencias de la Corte Nacional de Justicia ha sido tenso y agotador desde el pasado viernes.

Ese día se inició el juicio en contra de Jorge Glas y otros ocho procesados por el caso Odebrecht.

El segundo mandatario, que en todas las jornadas ha utilizado un traje formal, y no la camiseta tomate característica de las personas recluidas, se ha mostrado impaciente en varios pasajes del juicio.

Hubo momentos en los que se tomó la cabeza, se quitó los lentes y se refregó los ojos, como un símbolo de cansancio. Y es que no es para menos, la etapa de presentación de pruebas ha sido extenuante.

Uno a uno, los testigos y peritos que han participado del proceso rindieron sus declaraciones respectivas.

Ayer, por ejemplo, Tatiana Celi, funcionaria de la Unidad de Análisis Financiero, presentó evidencias de las transferencias que realizaron José Terán, Ramiro Carrillo, Édgar Arias (enjuiciados) y las empresas Diacelec y Columbia Management.

Las dos compañías fueron utilizadas por la empresa brasileña, para encubrir a las personas que se beneficiaron de los sobornos.

De ese informe, se desprendió, además, que Arias fue parte de dos transferencias por USD 394 606 con Diacelec y otra por USD 162 948 con Columbia. Estos movimientos se produjeron en el 2014.

Durante la audiencia también se dio a conocer que, después de un allanamiento en la casa de Gustavo Massuh (procesado), se encontró más información sobre el caso Odebrecht en un ‘pendrive’.

En ese dispositivo se hallaron 57 archivos en formato PDF, distribuidos en 29 carpetas, con información relacionada a la constructora brasileña.

En otra de las intervenciones se escuchó al presidente ejecutivo de Vladmau Construcciones, Vladimir Sper, quien explicó su relación con Carrillo y Massuh.
Sper señaló que se pagaron USD 72 000 a Carrillo por una prestación de
servicios, que no existió, como un favor especial solicitado por Massuh.

Estos datos ayudarán a los jueces a establecer los vinculos en el caso y a tomar las resoluciones necesarias cuando se llegue a etapas finales del juicio.