Harto dulce y tradición en una feria
Dos semanas de madrugadas y trabajo intenso. 1 500 paquetes de las Mistelas Jiménez son el resultado. En Monjas Alto, en un taller artesanal, se alistan los últimos detalles para que los productos se luzcan en la Feria de Dulces Tradicionales de Quito.
Delia Calderón, Marco Antonio Jiménez, Alexis Jiménez y Javier Ordóñez se encargan de elaborar el dulce, uno de los que se ofertarán en el evento, en el Museo de la Ciudad (García Moreno y Rocafuerte).
La 19ª edición se llevará a cabo desde el jueves hasta el domingo, de 09:30 a 17:00. Entrada gratuita.
Participarán 20 artesanos, quienes elaboran pristiños, buñuelos, helados de paila, espumilla, rosero, tamales lampreados...
Las Mistelas Jiménez, cuenta Delia, se preparan en Quito desde hace 17 años. Resulta que Marco, de origen colombiano, empezó a prepararlas con una receta familiar, luego se conocieron y siguieron con el emprendimiento.
En Colombia las conocen como “borrachitos”. Una vez que empezaron a distribuir el dulce en Quito se enteraron que es un producto tradicional de la capital. Ahora, la creación ya no solo se saborea en Quito, sino en el resto del país. Esta semana estuvieron en cuatro ferias: Manta, Cuenca, Cayambe y el Bicentenario.
En estos años, a la receta familiar se han sumado innovaciones, como la variedad de licores en el relleno. Ahora ya no solo tienen de anisado, sino de pájaro azul, tequila y whisky.
En la feria estarán otros productos de renombre, como las colaciones Cruz Verde y las quesadillas de San Juan. Ambos tienen larga trayectoria y son productos que forman parte del patrimonio gastronómico de la ciudad.
En la feria, los asistentes podrán conversar con los artesanos sobre las recetas. Sobre las Mistelas Jiménez, por ejemplo, podrá conocer el proceso, que toma 18 horas y requiere de mucha paciencia. Lo que no le contarán es cómo introducen el licor en “el cascarón”, porque, como dice Delia, “es un secreto familiar”.
