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14 de noviembre de 2019 12:40

La Ecuatoriana, bien organizada

La iglesia y Casa Barrial son dos espacios donde los vecinos se reúnen. El barrio del sur de Quito está conformado por al menos tres generaciones de moradores. Foto: Ana Guerrero / ÚN

La iglesia y Casa Barrial son dos espacios donde los vecinos se reúnen. El barrio del sur de Quito está conformado por al menos tres generaciones de moradores. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Ana Guerrero

El barrio de Quitumbe se formó con mingas de los vecinos. En su historia se incluyen tucos dirigentes que han conseguido varias obras para el desarrollo del lugar.

El nombre del lugar

Hay varias versiones sobre el nombre de La Ecuatoriana. Por ejemplo, Raúl Moreno, de 80 años y uno de los emblemáticos dirigentes, alude a que con la denominación sacan pecho al ser ecuatorianos. Y como nació como cooperativa y luego ciudadela, lo pusieron en femenino.

Luis Quintana, vicepresidente del barrio, cuenta otro posible origen. Dice que había una radio con el nombre La Ecuatoriana, bastante popular en la época de los inicios del barrio. También alude a una línea de transporte que llevaba el distintivo de Ecuatoriana Heroica. En cambio, hubo quienes querían bautizar el lugar con el nombre de Santa Teresita.

Finalmente, La Ecuatoriana se mantuvo y no solo distingue al barrio hasta la actualidad, sino también a toda una parroquia de la Zona Quitumbe, en el sur del Distrito Metropolitano de Quito.

El lugar emblemático

Los hornos de leña, punto de encuentro


Redacción Últimas Noticias (I)

Con leña, así se hornea el pan en La Ecuatoriana. La tradición se mantiene en la propiedad de Luis Espín, el primer panadero del barrio del sur.

Dos hornos son, como antaño, el punto de encuentro de los vecinos. Luis recuerda clarito que llegó al lugar en la década del 80. Tenía la panadería en la ciudadela El Pintado y decidió probar suerte en La Ecuatoriana.

Primerito, el hombre y su esposa arrendaron y más adelante compraron una propiedad. En esta visualizó, diseñó y contrató a un experto para construir dos hornos de leña. Seis meses tomó la edificación de las maravillas.

Luis Espín conserva dos hornos de leña. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Luis Espín conserva dos hornos de leña. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Estas ya tienen 36 años y se han convertido en una insignia del barrio. Cada estructura tiene capacidad para 50 latas por “parada”, cuenta Luis.

Antaño, se elaboraba pan a toda hora y había clientes infaltables. Eso sí, era bien surtido el catálogo. Claro que una de las variedades que más gustaba era el cacho de hoja.

En la actualidad, la panadería como tal dejó de funcionar. Sin embargo, los hornos no han dejado de servir a la gente, pues ahora los vecinos cogen turno para hornear pan, pavos, cerdos y más.

También hay el chance de que compre pan bajo pedido. Se puede ver a los clientes dándole a la masa. Y, claro está, Luis prepara la tanda respectiva para el diario familiar.

La jornada empieza a las 06:00. A esa hora ya están haciendo la primera masa. Trabajan entre siete.

El personaje

El barrio tiene a sus cuatro ilustres


Redacción Últimas Noticias (I)

Con la visita de Las Joyas de mi Barrio a La Ecuatoriana hubo una guapa sorpresa, pues el Comité Promejoras declaró oficialmente a sus cuatro personajes emblemáticos: María Teresa Ortega, Segundo Barros, María Isabel Guerra y Segundo Llumiquinga

Cada uno es un emblema del lugar. Como reza la declaratoria que recibieron por parte de la presidenta del barrio, Nancy Rosas: son vecinos que se han ganado el aprecio de los moradores. Y no solo eso, sino que están entre los primeros en llegar al corazón de Quitumbe. Segundo Barros, además, fue el custodio del líquido vital proveniente de las vertientes naturales.

Una de las fuentes de agua que tienen presentes los moradores es la quebrada Ortega.

En la imagen: Segundo, María, Segundo e Isabel. Foto: Ana Guerrero / ÚN

En la imagen: Segundo Barros, María, Segundo Llumiquinga e Isabel. Foto: Ana Guerrero / ÚN

A los 91 años, aún conserva la elegancia propia de su generación. Aunque delicado de salud, recibe a sus vecinos en su hogar.

A María Teresa la resaltan como ejemplo de generosidad y, además, el haber inculcado a su familia el ser bien solidarios.

María Isabel Guerra, de 82 años, guarda la distinción como una de las primeras dirigentes del barrio. Con plata y persona, la mujer se armó de ganas para gestionar avances en el lugar, como lo han hecho otros directivos.

Segundo Llumiquinga es recordado como el técnico del Discomóvil Ranger. Este fue uno de los primeros del barrio, fundado en los 80 por Geovani Llumiquinga, Jimmy Vaca y Héctor López.

La hueca

La Picantería Doña María pone el sabor


Redacción Últimas Noticias (I)

Martha Llugcha es heredera de la rica sazón de María Tipán, su madre y la fundadora de Picantería Doña María, ubicada en la arteria principal: av. La Ecuatoriana Oe7-83 y Antonio Mon y Velarde.

La hueca ya va cuarto de siglo deleitando los paladares del barrio. Martha, de 44 años, tiene presente que su progenitora empezó el negocio vendiendo en la vereda. El local cambió pero las especialidades se mantienen y recargadas:
menudo, papas con cuero, librillo, hornado, mote con fritada y un tuco arroz con pata.

Los precios son bien accesibles y más en hora de hambre: van desde un dólar hasta 2,50. Eso sí, garantizada la abundancia.

Martha Llugcha es hija de la fundadora de la Picantería Doña María. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Martha Llugcha es hija de la fundadora de la Picantería Doña María. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Doña María, a sus 73 años, sigue poniendo el toque del sabor, aprendido de su antecesora, Susana Casagallo, quien vendía en el Centro de Quito.

Ya en el sur, la decisión de no privar de la sazón a los vecinos es firme. Por esto mismo, abren de lunes a domingo, incluidos días festivos. ¡Elé! La jornada de atención es de 08:00 a 13:00.

Para Martha, además de la dedicación, el secreto de los platillos es el amor que le ponen a cada uno. Y, además, todo es fresco. Lo que sí se resiste a revelar es la receta del aliño. Y el hornado es hecho en el horno de leña del barrio.

Ya se imaginará lo bueno que es. Con decirle que, bajito, venden unos 100 platos diarios. Bueno, eso de lunes a viernes, porque los fines de semana la demanda es mayor.

Mapa: ubicación del barrio