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4 de septiembre de 2019 11:47

Su emprendimiento es ayudar

Geovanna Arcos también es una apasionada por los animales. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Geovanna Arcos también es una apasionada por los animales. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Ana Guerrero
(I)

Geovanna Arcos es emprendedora y una líder. Es la coordinadora del grupo de 31 mujeres de la Academia de Emprendedoras (AWE) promoción Quito. Es nutricionista de profesión y con una meta clara: ayudar a quienes lo necesitan.

Desde muy pequeña, esta quiteña de 33 años tuvo un ejemplo de trabajo y entrega. Su madre, Fanny Bailón, trabajaba en las mañanas en un organismo internacional y en la noche, como docente en un plantel de Quito. Muchas veces la mujer las llevaba a ella y a su hermana a las clases.

Comparte que en las mañanas su madre trataba con diplomáticos y en las noches, con personas que querían superarse.

Geovanna, quien pasó gran parte de su infancia en el Centro, recuerda que su primer emprendimiento fue cuando era niña, lavando carros de los vecinos. No lo hacía por necesidad, sino porque siempre le gustó el trabajo. Nunca le faltó nada y, por eso, está convencida de que cuando alguien tiene todo no puede poner pretextos para no desarrollarse y dar la mano a otros. También trabajó como asistente de un escritor.

De su madre no solo heredó el ñeque por laborar, sino por ayudar y el amor por la enseñanza. Por eso mismo, ya graduada como nutricionista optó por la creación de una plataforma en línea enfocada en temas de salud, para guiar a los pacientes con cáncer y sus acompañantes. Una de las consignas es transmitir la idea de que la enfermedad es una oportunidad para mejorar y crecer.

Con la plataforma, Geovanna tiene una meta: expandirse y en un plazo de cinco años dar empleo a 100 nutricionistas. Esta premisa está relacionada con la realidad latente de los profesionales de esta rama: la falta de trabajo.

Ella, en cambio, ha trabajado en varias casas de salud públicas y privadas. Por tres años, fue docente de la Universidad Católica del Ecuador, donde replicaba el mensaje de su madre: “ayudar a las personas donde quiera que estemos”.

Siguió una maestría en Salud (en la universidad Andrés Bello, de Chile) y en la Universidad de las Américas, la especialidad en Gerencia de Salud. Más adelante se casó y tomó la decisión de ponerse un centro de nutrición.

La Academia de Mujeres es una iniciativa promovida por la Embajada de EE.UU. y la Cámara de Comercio de Quito. Geovanna se capacitó y luego hubo una convocatoria para entrarle a la coordinación y ella fue la afortunada.

“Es un regalo del universo para acompañar a 31 mujeres que están soñando”, dice con emoción.