placeholder
Las Últimas
15 de junio de 2017 11:30

La Espejo cuenta su historia centenaria

Pedro Coloma, rector de la U.E. Municipal Eugenio Espejo, con el libro. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Pedro Coloma, rector de la U.E. Municipal Eugenio Espejo, con el libro. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán

Fue un proyecto largamente pensado, pero al fin se decidió escarbar en la historia de uno de los planteles municipales más emblemáticos de Quito. Y tras siete meses de arduo trabajo, el libro está listo.

El lanzamiento de la obra de 361 páginas será por todo lo alto; está previsto que se haga el próximo martes, a las 11:30, en el Salón de la Ciudad. Y la comunidad educativa anda emocionada, incluyendo a la autora de “Los cien años de la Unidad Educativa Municipal Eugenio Espejo”, Susana Freire.

En realidad el siglo de vida del plantel ya se cumplió hace dos años, pero desde aquel entonces se ha pensado en hacer ese trabajo, comentó el rector de la institución educativa municipal Pedro Coloma. Actualmente, el plantel cuenta con 2 970 estudiantes y 123 docentes.

Desde hace 10 años la Espejo funciona en el sector de Pusuquí (se pasaron paulatinamente), pero nació como Escuela Municipal Espejo, en 1915, en las calles Manabí y Benalcázar. Empezaron con 96 niños.

Como no tenía local propio, la escuelita andaba ‘peloteada’; luego se pasó a una esquina de la Plaza del Teatro, después a la Olmedo y Montúfar y solo en 1947 logró su predio propio en las calles Manuel Larrea y Riofrío. Se convirtió en un plantel de vanguardia, recordó Freire.

Solo cuando las instalaciones le resultaron estrechas, la Espejo se fue bien al norte. En el 2004 comenzó la construcción del plantel en el sector de Pusuquí, en el extremo norte de la ciudad. El 13 de septiembre del 2011 toda la comunidad educativa se trasladó allá.

Coloma está convencido que es un logro revivir la historia del plantel, “porque solo lo que se conoce se puede amar” y mientras los estudiantes conozcan la vida institucional van a quererla más todavía.

Para facilitar la lectura de la obra, contó Freire, se la ha dividido en cuatro partes: las bases de un proyecto educativo (1915-1932), la consolidación (1932- 1989), los retos (1989-2016) y entrevistas a cinco exalumnos y a los últimos rectores del plantel.

En sus primeras páginas hay un análisis del pensamiento de Espejo. Luego se hace un recuento de cómo el Municipio aportó a la educación laica desde 1830 hasta la actualidad.

Todo esto con el objetivo de que el lector pueda conocer los sucesos institucionales más importantes de manera cronológica y bajo la administración de un determinado Director o Rector; 14 personas han dirigido a este plantel educativo, entre ellos una mujer (Mónica Yáñez).

Cada año las autoridades del plantel se han trazado grandes proyectos. Por ejemplo, en años anteriores se hicieron dos películas: una de Espejo y otra de Eloy Alfaro. Para el próximo año, se piensa filmar la vida de Rumiñahui y una segunda parte del libro: ahora con las anécdotas de los exalumnos de este emblemático plantel municipal de Quito.