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11 de noviembre de 2020 15:22

6 escuelas rurales ya retornaron

Alumnos de la Escuela Carlos Vallejo, en Yaruquí, reciben clases en el aula. Foto: cortesía de la Subsecretaría de Educación de Quito

Alumnos de la Escuela Carlos Vallejo, en Yaruquí, reciben clases en el aula. Foto: cortesía de la Subsecretaría de Educación de Quito

Ana Guerrero. (I)

De los 12 estudiantes de la Escuela Carlos Vallejo Guzmán, 10 volvieron a las aulas. Los representantes de los otros dos optaron por que los alumnos permanezcan en casa. Antes de regresar, el plantel presentó un plan de retorno.

Actualmente, seis instituciones de la zona rural desarrollan actividades de forma semipresencial.

Los guaguas de la Carlos Vallejo son de la comunidad Coniburo, en Yaruquí. Desde el 4 de noviembre, asisten los lunes y miércoles, de 07:30 a 11:30.

Como es la escuela de la comunidad y está cerca de las casas, los estudiantes no deben tomar un bus. Claro que sí hay casos de quienes viven más lejos y llegan en moto e, incluso, a caballo.

Diana Bastidas, líder educativa y docente del plantel, detalla que la jornada empieza con la desinfección en el ingreso, así como la toma de temperaturas. Llevan una bitácora de los valores de cada alumno.

Los padres no pueden pasar al interior y los guaguas deben llevar dos mascarillas. La que usan al llegar y una para ocupar durante la jornada. La primera la guardan en una funda.

De entrada deben lavarse las manos, así como formarse en el patio, a dos metros de distancia entre cada uno. Luego, van a las aulas, donde se conserva esa separación. En las aulas, cuentan con alcohol para desinfectar los espacios y los útiles escolares.

Cada hora se lavan las manos. El Distrito Educativo les proporcionó alcohol, desinfectante, cloro, jabón líquido y papel higiénico.

Como la escuela cuenta con espacios amplios y cerca del campo, destinaron un lugar para que los menores descansen, por turnos, de la mascarilla.

Los muchachos no pueden utilizar los juegos y solo tienen un receso de 15 minutos, tiempo en el que realizan una actividad de contención emocional o actividades lúdicas.

Bastidas da cuenta de que una de las razones para volver a las aulas fue la conectividad. En algunos casos los estudiantes no tenían internet o contaban con el servicio, pero solo con un celular para varios hermanos.

También comparte que las fichas pedagógicas proporcionadas desde el Ministerio de Educación han sido de mucha utilidad para el desarrollo de las actividades. El material está en línea y, a la par, circula todos los días con este Diario.

Ahora, ya cuentan con textos y los chicos llevan tareas a casa para los días que no asisten a las aulas.

Bertha Tipantiza es mamá de una niña de séptimo. Ella da fe de la rigurosidad de las medidas de bioseguridad. Y comparte su satisfacción por el retorno, pues, para ella, su hija aprende mejor así. Ayuda que no sean muchos alumnos.

La familia vive junto a la escuela. La mujer cuenta que le envía una toalla a su hija para que se seque las manos, así como las dos mascarillas y el alcohol.

La Subsecretaría de Educación de Quito explicó que el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional autorizó, bajo la figura de plan piloto, las solicitudes presentadas para el retorno progresivo a clases presenciales de seis instituciones fiscales rurales unidocentes y bidocentes ubicadas en Pifo, Yaruquí, Calacalí y Pacto. Aparte de la Vallejo están las instituciones Zamora Chinchipe, Pampite, El Golan, El Condorazo y Río Mashpi.

Hay 1 542 instituciones educativas en el Distrito: 985, en el área urbana, y 557, en la rural.

Para los estudiantes que no retornen a las actividades presenciales, se garantiza la continuidad de su aprendizaje a través de la modalidad ‘Aprendemos Juntos en Casa’, con contenido educativo en radio, TV y fichas pedagógicas.