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16 de diciembre de 2019 09:20

Puros guagüitos en Santo Domingo

En las grandes pinturas también se narra la historia del Niño Jesús. Foto: Betty Beltrán / ÚN

En las grandes pinturas también se narra la historia del Niño Jesús. Fotos: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán
(I)

Hay jesusitos, sanjuanitos y niñitos en general. Cada uno tiene una caracterización: sentado, de pie, dormido, alegre, sereno… Es la primera vez que se exhibirán esculturas y pinturas solo de guagüitos, “porque la idea es mostrar el significado que tuvieron durante la Navidad”.

La última frase es de Ximena Carcelén, la historiadora y especialista en arte que lideró el montaje de la exposición temporal ‘El Dulce nombre de Jesús’, en el Museo Fray Pedro Bedón del convento Santo Domingo (calle Flores 150 y Bolívar, Centro de Quito). La inauguración está prevista para la tarde de este 16 de diciembre del 2019, a partir de las 18:00.

El museo fue inaugurado el 6 de noviembre de 1965, siendo prior Luis Tipán Rojas, aprovechando la madera y tableros del piso del templo. Tiene tres salas, las cuales poseen una gran variedad de obras tanto en pintura como en escultura.

Las visitas para ver todo eso y, obviamente, la muestra de niñitos, son de lunes a viernes, en dos horarios: de 09:15 a 13:00 y de 14:00 a 16:30. Y el sábado, entre las 09:00 a 13:00. El pase tiene un costo de USD 3 adultos y 1,50 estudiantes y tercera edad.

Volviendo a la exposición, en la muestra se pone en valor incluso algunos telares que hablan de la importancia de la devoción cristiana y dominica: unidad en torno a Jesús.

La representación del Niño fue vital para los quiteños desde la época colonial, apunta la especialista. Iván Cruz, otro de los coordinadores del montaje, agrega que esas esculturas tuvieron una gran importancia en los tempranos años del período colonial.

El pesebre de la muestra, en el Museo dominico, es bien grande.

El pesebre de la muestra, en el Museo dominico, es bien grande.

De aquello dan fe unas recientes investigaciones de historiadores del arte. En esos trabajos se ha demostrado, continúa Cruz, que la mayor producción de niñitos en general fue en el siglo XVIII. De ahí que las piezas de la exhibición son de ese siglo, pero también del XVII. Y ¿quiénes son los autores? Son anónimos, responde Cruz.

En total suman 80 obras, la mayoría de dimensiones pequeñas, aunque aquellas imágenes costumbristas que van en el pesebre sí son grandes: reyes magos, soldados, mujeres de los mercados… También se suma la sagrada familia (Niño, María y José).

Buena parte de esas imágenes jamás ha sido vista por el público y de allí su doble valor, agrega Carcelén. Seguramente, fueron parte de grupos escultóricos o estuvieron decorando retablos o formaron parte de varios pesebres.

Todas están muy bien conservadas y guardadas por la orden dominica, y es momento de conocerlas, indican los coordinadores de esta muestra única y que se extenderá por seis meses (hasta junio del 2020).

Para que los visitantes vayan más de una vez, en el transcurso de la exposición se harán algunos programas de impacto.

Por ejemplo, conferencias en torno al arte quiteño o se incorporarán -por unos días- piezas de otros conventos y de igual valor histórico y patrimonial. En la lista están preciosos jesusitos de