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1 de abril de 2021 15:39

Las fanescas al aire libre en el cantón Pedro Moncayo

En cocina de leña, agricultores de Pedro Moncayo preparan su comida. Foto: cortesía

En cocina de leña, agricultores de Pedro Moncayo preparan su comida. Foto: cortesía

Betty Beltrán
(I)

Se equivocó quien pensó que las fanescas comunitarias no se prepararían por el desbordado estado de la pandemia del covid-19. Resulta que ayer, 31 de marzo del 2021, en el cantón Pedro Moncayo, se elaboró un potaje con la sazón de hartas manos y en cocina de leña, para guardar su esencia.

Esta última frase la dijo María Elena Quimbiamba, presidenta de la Unión de Organizaciones Campesinas e Indígenas Cochasquí-Pedro Moncayo. Esa organización con nombre bien largo agrupa a 35 barrios y comunidades de Malchinguí, Tocachi, La Esperanza, Tabacundo y Tupigachi, todas del cantón ubicado al nororiente de Quito.

La joven lideresa no negó que la pandemia frenó la organización de un montón de ceremonias tradicionales de los pueblos, pero no podían dejar de hacer el potaje de la Semana Mayor de los católicos. Eso sí, procuraron hacerlo con todo el cuidado del caso para evitar extender los fieros contagios del coronavirus.

Por eso, a un ladito de la feria de productos del campo que se hace en la plaza Pedro Moncayo, se levantó el fogón. Hace tres años que 65 familias de la zona acuden al lugar, todos los fines de semana, a vender su producción.

En este tiempo de Semana Santa, las emprendedoras salieron a vender desde ayer los alimentos de siempre pero, de pasito, prepararon también el potaje de los 12 granos. El 90% de este grupo está conformado por mujeres indígenas y adultos mayores, y las medidas de bioseguridad se respetan al máximo.

Volviendo a la fanesca. Antes de ponerse al frente del fogón, la comunidad hizo una pequeña chacana (la cruz andina) para saludar y purificar el espacio con flores y frutas. Luego se reunieron los productos y armaron la olla. A las 12:00 se cerró la venta y llegó la hora de saborear la muy esperada fanesca.

Los productos de venta y con los que hacen la fanesca salen de sus huertos. Foto: cortesía

Los productos de venta y con los que hacen la fanesca salen de sus huertos. Foto: cortesía

Muchas de las tradiciones se están perdiendo, por eso ese rasgo de compartir y preparar no se debe perder, apuntó Quimbiamba. Y se debe mantener porque en su preparación coexisten las creencias de diversas culturas y es ese sincretismo el que le da un sentido profundo, dice la joven.

Hay que prepararla, pese al covid-19, pero sin olvidarse de él, apunta.

En los barrios urbanos de Quito también se hará ese potaje. Este sábado 3 de abril del 2021, por ejemplo, se armarán tres fogones a leña en los Huertos de Vida de los vecinos de Reino de Quito (en el sur). Su dirigente, Lenín Carrasco, mencionó que es una tradición de hace décadas y siempre al aire libre.

Como son 90 familias vinculadas a los huertos, el potaje se suele hacer en tres sitios distintos, aunque no tan distantes uno de otro. Y para protegerse de las lluvias o del sol siempre levantan una carpa.

Antes se hace la recogida de los productos. Y solo es cuestión de estirar el brazo para sacar, de los huertos que están a la manito, los alimentos que se emplean para la fanesca, insistió Carrasco. Lo único que se lleva de casa es el pescado y los aliños.

Una vez listo el potaje, por la pandemia, cada vecino acude con sus ollas para recoger su parte y saborearlo, con calma y sin miedo, en sus respectivas casas. Nada de aglomeraciones.

Solo los que hacen de cocineros y sus ayudantes, roles que se sortean cada año, son los que se quedan limpiando el sitio. Esperan que ojalá el próximo año se pueda hacer en grande.