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9 de diciembre de 2016 12:43

Piden a Fiscalía que indague el desplome

Los escombros son retirados de a poco. Foto: Eduardo Terán / ÚN

Los escombros son retirados de a poco. Foto: Eduardo Terán / ÚN

Redacción Últimas Noticias

El tema de la casa caída en plena esquina de la avenida Pichincha y calle El Vergel, en San Blas, se ventila en la Fiscalía. Ayer, 8 de diciembre del 2016, la gerencia de Emseguridad, presentó ahí una denuncia por el caso.

Allí se presentó el informe preliminar (elaborado por Cuerpo de Bomberos, Instituto Metropolitano de Patrimonio y COE-Metropolitano) sobre las posibles causas que provocaron el colapso. Y se anotaron tres: mal apuntalamiento de un muro de la casa, que daba hacia la Pichincha; falta de mantenimiento del predio y problemas de humedad.

El incidente ocurrió el lunes, alrededor de las 05:00; en ese inmueble vivían cuatro familias y funcionaban dos negocios en la planta baja. No hubo heridos, sí pérdidas materiales. La tienda deportiva de Fernando Sagnay fue una de las más afectadas.
Juan Zapata, secretario metropolitano de Seguridad y Gobernabilidad, informó que la idea es que con al Fiscalía se haga una investigación integral del caso y con ello determinar responsabilidades.

Mientras tanto, la comisión tripartita formada por la Secretaria de Territorio, Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) y la Secretaria de Seguridad levantará nuevos planos estructurales y arquitectónicos de la vivienda colapsada. Luego se generarán las autorizaciones para que los responsables del colapso de la casa la vuelvan a levantar . Aquello podría demorar siete u ocho meses.

Simultáneamente se hará el inventario de los bienes de las familias afectadas, con el fin de que las personas responsables del incidente compensen a los afectados, pues -como indicó Zapata- “tienen derecho a restablecer lo que perdieron en este suceso”.

Mientras tanto, recordó el funcionario municipal, seguirán activos los albergues en el caso de que los arrendatarios del inmueble deseen ocuparlos. Sí se entrega alimento a una de las familias afectadas.

La zona fue acordonada hasta el miércoles, y cuando los sensores de vibración marcaron cero se abrió el tráfico en la Pichincha.