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7 de agosto de 2019 09:33

Cuatro generaciones dulces

23 emprendedores ofrecerán sus productos durante cuatro días en la XXI Fera de Dulces. Foto: Ana Guerrero / ÚN

23 emprendedores ofrecerán sus productos durante cuatro días en la XXI Fera de Dulces. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Redacción Últimas Noticias
(I)

Varias generaciones de dulceros se juntan al pie de El Panecillo, en el antiguo Hospital San Juan de Dios. Mistelas, pristiños, turrones, jucho, champús y quesadillas son apenas algunas de las opciones en la edición 21 de la Feria de Dulces.

Vaya alistando el paladar que la cita arrancará mañana, 8 de agosto del 2019, hasta el domingo. 23 emprendedores estarán presentes en el Museo de la Ciudad, que abrirá desde las 12:00. El ingreso al encuentro es ‘grateche’.

Antiguas y nuevas recetas ya se alistan para los cuatro días de exposición. Claro que cada día habrá producción nueva, para que todo esté bien fresco. A eso le pone la firma Manuela Cobo, dueña de las Quesadillas de San Juan y la tercera generación a cargo de la preparación del producto.

En el caso de Manuela, cada día hay una producción de, bajito, unas 1 000 quesadillas. Para la feria calcula que serán unas 400 de cada tanda. El producto es uno de los que tiene harto recorrido; con decirle que ya en 1935, en La Ronda se saboreaba la receta. El abuelito de la casa fue el precursor. Actualmente, 11 mujeres son las encargadas del trabajo.

Verá que podrá degustar recetas que, como en el caso de las quesadillas, se han guardado por generaciones. Claro que también están las tradicionales con innovaciones. Ese es el caso de María Elena Contero, quien a sus 28 años le entró con todo a la elaboración de mistelas.

Ella ya tiene un legado de dulceros y emprendedores. Su madre, Irma Pazmiño, es una de las participantes de la feria y desde 1982 elabora productos en base de miel de abeja. Ambas heredaron el empuje para lanzarse a crear del abuelo de la familia, Bolívar Pazmiño.

Hace cinco años Ma. Elena y su pareja, Andrés Mena, decidieron emprender y optaron por la elaboración de mistelas porque son un “dulce en peligro de extinción”. Luego de como 100 pruebas y de lograr la receta base, crearon sabores propios, como el mojito de maracuyá.

Hay otro caso del mix de generaciones. Consuelo y Mercedes son hermanas y le entran a la feria con su madre, Mercedes Calvopiña. Como pilar tienen una receta tradicional y también innovaciones. De cajón va el jucho, con los secretos ambateños. Y aumentaron a su carta pasteles de maduro y manzanas silvestres enconfitadas.

Gladys Morales, en cambio, es una dura en los tamales y buñuelos. Ella heredó la receta y la compartió con su hijo, José Luis Simbaña. Y la mamá, Clara Acurio. Con decirle que la abuelita participó en la feria hasta los 80 años. Para esta familia, el amor es el condumio. “Porque tamales donde sea hacen”. Bajito prepararán 300 para el evento del centro.

El champús está a cargo de Irene Tirado, quien no se ha perdido ni una edición de la feria. La receta llega directo del Mercado Central, donde su abuelita, Juana Llumiquinga, tenía un puesto.

Y como para que no se vaya picado, cada día los dulceros compartirán algunos secretos: jueves 8, empanadas de viento y espumilla; viernes 9, quesadillas y pristiños; sábado 10, maní enconfitado y pastel de maduro; domingo 11 de agosto, mistelas y cocadas.