Un gran amor por los peludos

Camilo Ramírez apoya a las mascotas desde la Fundación Acción Animal. Foto: cortesía

CAROLINA VASCO

El hecho de haber encontrado por primera vez a un perrito a punto de morir cambió la vida de estos jóvenes rescatistas de animales, para siempre.

Camilo Ramírez tiene 36 años y fue hace 12 años cuando se embarcó en la travesía del rescate de mascotas. El primer animalito al que ayudó en Colombia fue a una perrita a la que llamó Kiara. “Desde ese día cambió mi vida, tenía muchas necesidades, estaba flaquita y tenía un hongo en su lomo”. En ese entonces no estaba en su tierra natal, por temas laborales.

Sin embargo, él volvió a Ecuador y se trajo a Kiara en bus hasta Quito. El trabajaba en publicidad pero esa experiencia le marcó tanto que dejó de lado ese trabajo y prefirió ayudar.

Luego, en la Mitad del Mundo encontró enfermo a otro perrito de raza bóxer.
Ramírez explica que al inicio, a los animales enfermos, desnutridos o atropellados que rescataba los tenía en su casa, pero luego fue invivible, dice.

Luego, con ayuda de vecinos y amigos contó con pequeños refugios en Alangasí, después en Nanegalito, Santo Domingo, Rumicucho, Tambillo. Finalmente, adecuó un terreno en Píntag, donde creó el Refugio Acción Animal. Allí viven 200 animales, entre perros, caballos, gatos y gallinas. La idea es que la gente los adopte en un futuro.

Actualmente, Acción Animal es una fundación y cuenta con un respaldo legal pero requiere de fondos.

La Unidad de Bienestar Animal (UBA) realizó estudios desde 2013 hasta 2019 y contabilizó a los animales de compañía en espacios públicos. Así se calculó que en la ciudad hay unos 146 perros y 105 gatos por km², sin una persona responsable por ellos.

Según la UBA, por los conteos de perros en condición de calle que ha realizado, ellos estiman que el número de animales en esta condición aumente en un 25% para 2023.

Es decir, que para ese año ya se cuenten unos 775 005 perros y 554 785 gatos en condición de calle. Es un total de 1 329 790.

Juliana Espinosa es otra rescatista que se dedica a esta labor, sin reconocimiento alguno, hace 8 años. “Ayudo a mascotas sin ojos, atropellados, rotos la cadera, desnutridos... que encuentro en Tanlagua, Mitad del Mundo. Lo hago porque me nace”, dice.

Ella recuerda que en Nono rescató al primer perro. Fue de paseo y lo miró. Pensó que estaba tomando sol cuando en realidad estaba roto la cadera, por lo que tuvo que usar pañales.

Esta joven brinda ayuda a los animales callejeros que encuentra. Su objetivo es también que las familias se sensibilicen y los adopten.

Actualmente, ella tiene siete perros, dos gatos y un perico en la terraza de su casa y duermen con ella. Desde hace un año es parte de varias campañas de esterilización que impulsa en su zona. También, es gestora de la Administración Zonal La Delicia y se encarga de sectores como Carcelén, Nono, pero da prioridad
a Tanlagua.

Gabriela Mantilla es representante, activista y rescatista de la misión Salvando Lanitas. También dedica su vida a rescatar a animalitos de la calle, desde hace 16 años.

“Mi familia es animalista y son rescatistas desde que soy niña. Ellos me enseñaron la compasión por los animales”, dice Mantilla. Estos jóvenes concuerdan en que las personas deben ser conscientes y ayudar a estas mascotas.

Mire más noticias en https://www.elcomercio.com/ultima-hora/