Guaguas festejaron a Quito con piropos y leyendas
Semanas atrás, los guaguas del Colegio John Neper ya se alistaban para el gran festejo a la ‘Carita de Dios’. La decoración del plantel, cuenta Mayra Guachamín, se hizo con las ideas de los muchachos.
Incluso la población de ciudadanos extranjeros de ese colegio puso el hombro, asegura. “Siempre están abiertos a festejar nuestras tradiciones y a colaborar”.
Ayer, 1 de diciembre del 2019, todos los niños y jóvenes fueron parte del programa por las Fiestas de Quito. Junto a los maestros, cada grado se organizó para presentar un número ante los padres y familiares.
Los de inicial y primero de Básica arrancaron la jornada con la historia de la Fundación de Quito. “La historia de la fundación de Quito se remite a la época de los incas y cuando los españoles liberados por Francisco Pizarro llegaron a Cajamarca”, contó la pequeña Martina.
Mientras se preparaban los niños de séptimo, que se vistieron con trajes de antaño y contaron leyendas, las quiteñas bonitas se hacían los últimos retoques.
Cada una, del brazo de su chulla, recorrió el patio del colegio con piropos. Con una rosa en la mano, los pequeños exclamaron palabras como las de Isaac Dávila, de 16 años: “En este balcón florido/vengo a cantarle esta serenata. Yo quiero ser su marido/ porque esta pasión me mata”.
Los chicos más pequeños también exclamaron sus piropos, al son del Chulla Quiteño: “Chulla quiteñito, ojos de capulí,/ cuando tú me miras siento que tu amor es para mí”, le dijo la elegante niña de segundo de Básica a su caballerito.
Las tradicionales leyendas quiteñas no quedaron fuera del festejo del plantel. Los alumnos de tercero y cuarto de Básica representaron
El Gallo de la Catedral. El papel del chumadito Don Ramón lo interpretó un guagua, que se metió en el personaje y se aprendió el guion al pie de la letra.
“Qué gallito, qué disparate de gallito, jajaja”, dijo muy convencido de su papel, antes de que el gallo le meta el susto de su vida.
Con los chicos de quinto y sexto de Básica vino el baile. Ellos salieron al escenario con sus vestidos y sombrillas tradicionales y ellos con su terno negro y sombrero.
Luego vino la presentación de platos típicos por parte de los estudiantes, que se vistieron como en cada sitio del país donde se cocina rico, y explicaron qué contiene cada plato.
Al final del programa, los padres de familia y sus hijitos se subieron a una linda chiva y recorrieron los alrededores del plantel.
