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27 de septiembre de 2018 09:17

Guardianes del Qhapaq Ñan

El encuentro entre los directores técnicos de los seis países por donde atraviesa esta red vial patrimonial dura dos días. Foto: Betty Beltrán / ÚN

El encuentro entre los directores técnicos de los seis países por donde atraviesa esta red vial patrimonial dura dos días. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán
(I)

La historia dice que Huayna Cápac mandó a construir la mayoría de senderos del Camino del Inca o Qhapaq Ñan. En algunas provincias del Ecuador lo llaman Camino de los Gentiles o Chaquiñán.

Para hablar sobre sus retos y avances se citaron en Quito, por dos días, los directores técnicos de los seis países por donde atraviesa esta red vial: Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. Y hablaron de la capacitación en los temas de conservación en estructuras de piedra.

La red tenía unos 30 000 kilómetros, pero 692, con 297 sitios arqueológicos, fueron reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (2014).

Perú, como nido de la civilización Inca, tiene la mayor cantidad de caminos con 250 kilómetros y 81 sitios arqueológicos. Y el que menos, Colombia con 16. y ningún sitio arqueológico. 

Victoria Sosa, directora técnica del Qhapaq Ñan de Argentina, recuerda que este bien es único y que la idea es que sea un proyecto de integración andina. Por eso mismo su gestión es un desafío, no solo por el marco legal sino por la situación política de cada país.

Pero ahí avanzan, siempre poniendo en valor lo que tiene que ver con la cosmovisión andina que sigue vigente. Por eso, en Argentina se muestra cómo el camino permitió la circulación de ideas y la forma de ver la vida: respeto a la tierra, organización...

Ricardo Chirilos, del Qhapaq Ñan Perú, menciona que el 80% de los caminos de ese territorio están en zonas originarias y se conservan las tradiciones vivas. Por allí se va a las chacras, a la escuela...

¿Qué pasa con el resto de países? El camino también está en uso en Bolivia, menciona el responsable técnico Alfredo Pacheco. Recuerda que aparte del tramo reconocido por la Unesco, su región tiene 200 tramos y subtramos.

En el proceso de reconocimiento, han identificado varias rutas: la de coca, la de los médicos herbolarios, el camino sagrado…

En Chile hay otra realidad, indica Claudia Prado. Ella menciona que su territorio aportó al Qhapaq Ñan con un espacio muy extremo, el desierto de Atacama. Y hay comunidades del norte que hasta hace 30 años lo usaba de forma constante.

Claudia Afanador, técnica de Colombia, también estuvo en la cita y dice que 16 kilómetros están en el tramo Rumichaca-Pasto. Algunas partes no fueron dañadas porque eran pendientes o tenían una falla geológica. Eso salvó al Qhapaq Ñan en el país del norte.

Los pocos caminos que hay son vivos, pues sirven a la gente para ir de compras, para ver a los compadres o a la Virgen de Las Lajas.

Sin embargo, recuerda la especialista, los caminos que van hacia la selva o hacia el Pacífico colombianos no pueden ponerlos en valor porque son usados por la guerrilla.

En nuestro país hay otra realidad. Mónica Bolaños, técnica de Ecuador, apunta que los 108 kilómetros que están en la lista del patrimonio se inician en Rumichaca (Carchi) y terminan en Amaluza (Loja).

El que atraviesa por Quito no está inscrito en la denominación patrimonial, pero tiene un reconocimiento nacional. No se sumó pues debía tener el aval de las comunidades.

Bolaños señala que hay poca información sobre el camino y hubo que buscar la ruta en documentos, mapas antiguos, incluso en pleitos y actas de cabildo. Así se conoce que los Incas llegaron a estos lares en el 1448 y reutilizaron las vías, por eso la marca del Qhapaq Ñan arranca con la concha spondylus.