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2 de junio de 2021 18:57

‘Guardianes Verdes’ no paran

Rita Vinueza (der.) coordina el trabajo en los viveros. Aquí, en Cunuyacu. Foto: Cortesía Municipio de Quito

Rita Vinueza (der.) coordina el trabajo en los viveros. Aquí, en Cunuyacu. Foto: Cortesía Municipio de Quito

Ana Guerrero

Quito no se pone verde así nomás. Hay manos que no dejan de trabajar para tener listos árboles y plantas ornamentales para parques y otros espacios públicos del Distrito Metropolitano.

Cuatro viveros municipales (Cunuyacu, Caupicho, La Armenia y Las Cuadras) están activos y producen alrededor de 40 mil plantas de jardín, árboles, arbustos y palmas al mes.

Rita Vinueza es ingeniera agrónoma y lleva 16 años en las filas de los establecimientos, de los cuales es coordinadora. Justo esta semana, cuenta, el equipo cumplió un año de volver al ruedo, luego del confinamiento obligatorio por la pandemia.

No pueden hacer teletrabajo, por la naturaleza de las labores. Durante el encierro, lastimosamente, algunas plantas murieron.

En los viveros, la jornada empieza a las 07:00 y se extiende hasta las 15:30. En este tiempo, comparte Rita, quien tiene como base Cunuyacu, tuvieron que eliminar prácticas como el saludo de mano, que era una costumbre muy arraigada entre compañeros.

La ventaja, en el caso del distanciamiento, es que combinan las labores entre espacios abiertos y cerrados. Y hasta para que no se aburran, van rotando en las diversas actividades.

Además, la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) les entregó trajes de bioseguridad para que usen en el trayecto de la casa al trabajo y viceversa.

Segundo Aguilar, colega de Rita, supervisa las labores en Caupicho. Él trabaja con 10 personas, incluidos ocho jardineros. Está recién llegado, pues antes trabajaba en el Banco de Semillas, donde se recolecta, almacena y también produce plantas.

El día de trabajo empieza definiendo y encomendando las actividades. Estas incluyen el riego, la poda y salir a campo a recolectar una parte del tallo, de la raíz o de la hoja de las denominadas plantas madres.

De los cuatro viveros salen las especies a los espacios de Quito y luego, una parte puede regresar para seguir propagando vida.

Aguilar cuenta que en los viveros quiteños, del mismo modo, tienen plantas madres. Hay especies como romerillo, alisos y hasta unas quinceañeras.

Esta última se la puede reconocer por sus flores rosadas y hojas gruesas. Se las utiliza generalmente para taludes, pues hacen las veces de recubrimiento.

El hombre da cuenta de que la semana pasada despacharon 5 000 ejemplares a diversos sitios. Esta semana, hasta ayer, iban alrededor de 1 000. Eso sí, siempre producen de forma escalonada, para que no falten.

Aguilar no solo está en contacto con el verde en el vivero, pues, además, tiene su huerto en casa.

En los viveros, los ejemplares y especies reciben el cuidado de los denominados ‘Guardianes Verdes’. En sus manos está la misión de ayudar a preservar el ambiente, embellecer la ciudad, descontaminar el aire y mejorar las condiciones de habitabilidad.

Antes de que los ejemplares salgan a la ciudad se determinan las zonas climáticas y el lugar en el cual permanecerán.

Rita indica que la comunidad puede solicitar, mediante oficio a la Epmmop, las especies para espacios de barrios. De igual forma, primero se hace una inspección y se determina el tipo de especies que se ajusta a determinado sitio.

La entidad municipal detalla que en los viveros hay plantas nativas y exóticas naturalizadas: fresno, cepillos, jacarandá, molle, tulipán arbóreo, palma fénix, lecheros, álamos, tilos, araucaria, arupo falso, entre otras muchas.