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5 de febrero de 2020 11:41

Un nuevo ‘Cuentero’ vendía puestos en el Municipio de Quito

El hombre se hacía pasar por funcionario municipal. Foto: archivo / ÚN

El hombre se hacía pasar por funcionario municipal. Foto: archivo / ÚN

Ana María Carvajal
(I)

Decía que se llamaba Fernando Mena, que era ingeniero y que era jefe de Mantenimiento en el Municipio de Quito. Tenía hasta una credencial con el logo del Cabildo y con una fuerte labia convencía a personas sin trabajo de un trato aparentemente bueno: a cambio de plata, les conseguiría un puesto en esa institución.

Pero el señor ni era empleado del Municipio ni se llamaba Fernando. Era Manuel P. y aceptó su culpa: usurpación y simulación de funciones públicas.

Por ese delito, tipificado en el artículo 287 del COIP, deberá pasar cuatro meses en cana y pagar USD 400, es decir un salario básico completito. De yapa, deberá pagar USD 60 a una señora pilas que no comió cuento y lo denunció.

La pena fue difundida el lunes 3 de febrero del 2020, en la cuenta de Twitter del procurador Metropolitano de Quito, Dunker Morales, quien informó que la Procuraduría presentó acusación particular.

Manuel P. le ofreció a la mujer un cargo a cambio de plata. Solo debían encontrarse en El Ejido, frente al Banco Central, para cerrar el trato. Pero ella sintió que algo raro pasaba y fue a buscar ayuda.

Personal de la Policía Judicial escuchó el relato y la acompañó a la cita al disimulo. Ahí vieron cómo después de una charla, el ‘ingeniero’ recibía un sobre manila. Ahí le cayeron y le pidieron papeles.

Además de USD 100 en el sobre, encontraron otros USD 105 en su billetera. Tenía también un celular con dos chips, su cédula verídica, la credencial falsa y otra credencial de una mujer. Para completar, había una carpeta con una hoja de vida de otra ‘clienta’, un certificado de honorabilidad y fotos tamaño carné.

Lo cacharon in fraganti, más claro. Era 22 de enero del 2020, pero viéndose contra las cuerdas, el falso funcionario decidió acogerse al procedimiento abreviado y así se ahorró un tiempo tras las rejas y también audiencias para un juicio largo.

Este proceso tiene el fin de ahorrar tiempo y recursos, además de compensar a la víctima por los daños causados. Y caso cerrado.