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12 de diciembre de 2017 08:04

Los horneros dan posada a Jesús

Pesebres de todo tipo se exponen en el interior del convento de San Francisco. Foto:  Betty Beltrán / ÚN

Pesebres de todo tipo se exponen en el interior del convento de San Francisco. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Redacción Últimas Noticias

Hermosísimos están todos los nacimientos que se muestran en la exposición de belenes en el convento de San Francisco. Hay 80, y todos se destacan por su calidad.

De aquello da fe fray Walter Verdesoto, director del proyecto Navidad. Este trabajo comenzó hace 12 años, con el fin de que algún día se haga el Museo de la Navidad Francisco y Clara, que podría estar ubicado en el conocido barrio de San Marcos.

A un costado del patio central del convento franciscano, donde antes era el comedor, está la muestra que se podrá ver hasta el lunes 8 de enero. Los horarios: de 09:00 a 17:30. La entrada está en USD 3 adultos y USD 1 niños y tercera edad.

Hay belenes de todos los materiales, incluso extraños. Aquel que está esculpido en un pedazo de lava del volcán Etna, de Sicilia. Hay otros de tagua, de hueso, de papeles de chocolates…

Algunos de los nacimientos fueron traídos desde las lejanías, pero la mayoría -sobre todo los de temática ambiental- está hecha por las manos de los talleristas de la Asociación Belenística Amigos del Belén, que funciona en Quito.

Uno que llama poderosamente la atención es aquel del nido de una pareja de horneros o chilalos, pues en uno de los nidos, en la parte superior, está la chilala (hembra) con sus llullitos, y en el otro, la sagrada familia.

Otro muy llamativo es uno elaborado con paja y, sobre ella, unos pajaritos pintados decoran el pesebre con esculturas de la Escuela Quiteña.

También tiene su encanto el retablo neoclásico, de madera de cedro, dedicado a la Natividad, con los santos Agustín y Gerónimo, incluso con San Pedro y San Pablo, más San Francisco y Santa Clara.

El belén principal está en el fondo de la habitación que se acondicionó con los nacimientos. Y representa el sol divino de Jesús; dentro están las esculturas de madera policromada del artista Pablo López.

La escenografía fue hecha por los belenistas de la Asociación. Hay detalles de fino acabado; por ejemplo, las frutas de un humilde negocio fueron hechas con miel de abeja. Esta obra, explica fray Verdesoto, representa el sol divino de Jesús.

En la entrada de la muestra hay belenes antiguos, aquellos que no pasan de moda, exquisitos y hermosos. Allí está el pesebre que escenifica a la Virgen que acaba de dar a luz.