¡Harto chance para comer sano!

Cultivar en casa, así sea en un espacio pequeño, capacitarse para esto o, a su vez, hacer el gasto a caseros que tienen huertos agroecológicos sí se puede. En Quito, hay varias opciones.

De entrada, la iniciativa Agrupar, impulsada desde ConQuito, ya llegó a los 2 300 huertos activos. Alexandra Rodríguez, quien es parte del proyecto, adelanta que se vienen capacitaciones para quienes quieran lanzarse a comer de la mata a la olla.

De entrada, el 10 de septiembre arrancará el curso de agricultura urbana orgánica, manejo de frutales, crianza de cuyes y uso terapéutico de las hortalizas.

El 17 de septiembre, en cambio, va la apicultura básica, uso terapéutico de cereales y frutas, así como crianza de pollos de engorde. Para cada curso, dice Rodríguez, hay que estar pendiente en las redes sociales de ConQuito para poder inscribirse.

Ojo que todas las capacitaciones son gratuitas.
Y ahí no queda. En la capital hay la opción de hacer las compras en los denominados puntos de alimentación saludable.

Estos se instalan en los parques Las Cuadras (domingos de 07:00 a 12:00), La Carolina (Cruz del Papa, los sábados, de 07:00 a 12:00), La Armenia (domingo, de 08:00 a 12:00), del Agua -en la Mariana de Jesús- (viernes, de 08:00 a 12:00).

También están en la entrada al Chaquiñán (sábados, de 08:00 a 12:00), Bicentenario (sábado, 08:00 a 12:00), parque Guangüiltagua (domingo, domingos, de 07:00 a 12:00) y el Parque Inglés, los miércoles y sábados.

Entre los ejemplos de quienes se han lanzado a cultivar, modernizando las técnicas aprendidas de los abuelos, está Elvira Pérez y su familia. Ella va al punto de La Carolina.

Claro que también le hacen el gasto, en casa, clientes fijos. Al mercado de La Floresta va jueves y viernes. Tiene variedad de cultivos y animales, como pavos.
Y si se anima y pasa, por ejemplo, por el parque Guangüiltagua, le ofrecen incluso jugos naturales y ‘snacks’ saludables. Unos chifles de dulce no faltan.

La iniciativa Grow Cultura Ecológica no se queda fuera. Alejandro Espinosa es el precursor de esta. Nació como un espacio virtual para motivar el cuidado ambiental a través de la sostenibilidad alimentaria, el consumo responsable y el reciclaje en diferentes barrios y sectores de Quito.

Alejandro cuenta que el principal eje de ejecución es motivar en la comunidad los huertos urbanos, a través de diferentes y continuos talleres. Ya en el territorio regalan plántulas de verduras e insumos. Estos elementos han llegado a sitios como Carapungo.

Betty Sarango, vecina y una de las lideresas de la cuarta etapa de ese sector del norte de Quito, comparte que en su familia y el barrio están contentos y, sobre todo, han reflexionado sobre la importancia de cultivar en casa.

Los moradores han recibido plantas y “es un ejercicio muy bonito poder ver cómo crecen las plantitas y servirnos los alimentos”.

Alejandro explica que a la par de la entrega de las plántulas organizan grupos para los talleres. El siguiente se prevé que será el 15 de septiembre.

Enseñan que si no tiene espacio se puede cultivar en macetas, botellas, cajones y otros elementos reciclados. E impulsan huertos comunitarios, como en Pisulí.
A la propuesta, que arrancó en febrero, se han ido sumando manos. En este momento cuentan con el apoyo de 24 personas, entre líderes barriales y unos ocho estudiantes voluntarios, quienes aportan con sus conocimientos.

En el caso de Alejandro, se especializa en la organización de eventos y comparte que las personas que quieran unirse, tanto para ayudar en las actividades como para aprender a cultivar en casa, pueden escribirles a las redes sociales.

Con decirle que hasta retiran los desechos orgánicos de las viviendas. Y van a arrancar un programa de cocina responsable, pues en las cocinas se genera la mayor parte de residuos.