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27 de abril de 2020 12:13

Identidad y cultura, vivitas

Jacchigua busca rescatar, a través de la danza, valores esenciales de la cultura nacional.|

Jacchigua busca rescatar, a través de la danza, valores esenciales de la cultura nacional. Foto: Cortesía

Redacción Ultimasnoticias.ec

Los ejercicios, ensayos y aprendizaje sobre la identidad de las comunidades ecuatorianas se mantiene en pie en los integrantes del ballet Jacchigua. Lo hacen durante la cuarentena por el covid-19.

Rafael Camino, líder de la agrupación cultural, se ejercita en su vivienda en el norte de Quito. A la par recuerda su infancia en la provincia de Cotopaxi, donde fue cuidado por mujeres indígenas.

Primero formó un grupo en la Universidad Central, estudió danza en Quito y viajó por varios países para seguir preparándose. Vio la necesidad de difundir la cultura y en todas las edades. De ahí que el grupo tiene varias tandas: niños, adultos mayores, Ballet Nacional, personas con capacidades especiales. También cuenta con una agrupación conformada por indígenas. Son 282 integrantes.

Además de estar en forma y recordar los primeros pasos de Jacchigua, el hombre de casi 73 años, organiza “el regreso”. Y hace una planificacion. A la par, arma un proyecto para compartir las coreografías y que estas lleguen a las familias.

Como cuenta Rafael, la consigna es seguir y no olvidar el trabajo constante por el patrimonio. La misión: mantener vivitas las 72 coreografías creadas y registradas por la agrupación. La invitación para los integrantes, que antes de la emergencia ensayaban en la Plaza Belmonte, seguir con el trabajo en casa, integrando a sus familias, incluyendo los abues. Pero como Jacchigua no se trata únicamente de bailar, la tarea también es seguir descubriendo nuevos pasajes de las culturas del país.

Tito Cruz ha seguido ese camino durante 22 años. Ahora tiene 44 y comparte la satisfacción de haber apostado por la danza. Recuerda que un amigo le motivó a incursionar en el grupo y se quedó. No tenía experiencia, pero se esforzó y continuó. Se convirtió en maestro de 65 años y bailarín de planta en Jacchigua.

Tal fue la pasión que incluso dejó la carrera de Comunicación Social. La cuarentena no ha disminuido su convicción. Antes de la emergencia, con los pequeños del grupo, ensayaba los martes y jueves, de 16:00 a 18:00. Con el Ballet Nacional, los lunes, martes y jueves, de 19:00 a 21:00.

Durante el aislamiento no ha decaído y, de igual forma, práctica tres días a la semana, una hora y media. Está ‘filito’ para el regreso al ruedo.
Rafael y Tito cuentan que siguen en contacto con el resto del grupo. Tito, por ejemplo, envía videos a sus estudiantes para que sigan practicando.