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18 de mayo de 2020 12:21

Iglesia pide que corrupción no quede impune

el Consejo de obispos del Ecuador dice que “esta emergencia sanitaria deja una huella de dolor e incertidumbre y, al mismo tiempo, una experiencia muy rica de solidaridad y esperanza”.

El Consejo de obispos del Ecuador dice que “esta emergencia sanitaria deja una huella de dolor e incertidumbre y, al mismo tiempo, una experiencia muy rica de solidaridad y esperanza”. Foto: Archivo ÚN

Betty Beltrán

Ante la crisis que atraviesa el país, la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) solicita que todos los actores sociales, políticos y económicos asuman su responsabilidad, de forma clara, consensuada y ética, por encima de intereses personales o de partido.

En un comunicado enviado la mañana de este lunes, 18 de mayo del 2020, el Consejo de obispos del Ecuador dice que “esta emergencia sanitaria deja una huella de dolor e incertidumbre y, al mismo tiempo, una experiencia muy rica de solidaridad y esperanza”.

En el documento apostilla que “la crisis sanitaria, económica, política, social y ética que vivimos es grande y ha puesto al descubierto falencias endémicas que nunca fueron afrontadas con claridad y decisión, tanto en el ámbito de la salud como en el laboral y económico”.

La CEE cree que “nuestro país afronta un Estado sobre-endeudado, incapaz de cumplir con sus obligaciones en salud, educación, trabajo y seguridad. Dadas las dificultades empresariales y laborales, aumenta el nivel de desempleo, causa de sufrimiento en muchas familias. La crisis alimenticia afecta a muchos de nuestros ciudadanos más empobrecidos”.

En medio de tanta incertidumbre y dolor, agrega la CEE, “es causa de profunda indignación la pandemia de la corrupción que afecta a nuestra sociedad, incluidas las propias instituciones de salud, en lo que se refiere a irregularidades en las compras de fármacos e insumos (sobreprecios de mascarillas, medicinas, fundas para difuntos y kits alimenticios)”.

Considera que “aprovecharse de esta dolorosa situación para enriquecerse de un modo fraudulento es un gravísimo crimen y no debe quedar impune”.

En estos momentos “todos nos sentimos frágiles e indefensos ante al avance del virus y de sus dolorosas consecuencias, pero hay enfrentar el momento presente, con decisión y transparencia, en la búsqueda del bien común”.

Además, la “actual crisis no debe de sumirnos en la indiferencia o en la resignación fatalista. Más bien, nos anima a soñar y a trabajar por un Ecuador diferente, democrático y equitativo, que reconozca y respete los derechos fundamentales de los ciudadanos”.