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6 de febrero de 2020 09:32

En la iglesia Santa Bárbara hallan pinturas ‘escondidas’

Las pinturas halladas servían para dar realce  a los retablos. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Las pinturas halladas servían para dar realce a los retablos. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Redacción Últimas Noticias
(I)

En la iglesia de Santa Bárbara, ubicada en la esquina de las calles García Moreno y Manabí, en el Centro Histórico de Quito, todo está desmontado y sobre unos andamios están técnicos con mascarillas y pinceles. Andan afanosos, trabajando por dentro y por fuera.

La intervención de este sitio fue prioridad para el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP), pues valoró el deterioro en el cual se encontraba. Dentro de este gran proyecto de rescate al patrimonio también se suman otros templos y capillas.

Volviendo a Santa Bárbara, sus ocho retablos (uno mayor y siete laterales) fueron desmontados. Mientras se trabajaba en algunos de ellos se encontró, debajo de la purpurina dorada y que con el tiempo se hizo negruzca, pan de oro y de plata.

Hay más, bajo el retablo de Nuestra Señora de Lourdes se dio con unas decoraciones marmoleadas. Con ello, afirma Leonardo Espín, administrador del contrato, uno ya se puede imaginar cómo era la decoración de este templo que data del siglo XIX.

Es decir, que este sitio no estuvo pintado solo de un color como la mayoría de gente lo tiene en su memoria, sino que tuvo pintura mural y decorativa, que iba en armonía con sus retablos e imágenes, agrega.

El descubrimiento de esas pinturas murales se hizo mientras se hacían unas ‘calas de prospección’, es decir, pequeñas ventanitas que se realizan para buscar qué hay bajo todos los estratos. De esta manera fue que, bajo el retablo en mención encontraron otros tonos de marrón y azul.

Tiene la forma de una puerta y un tarjetero, que -según Espín- sería como una suerte de ventana, con decoración que le otorgaba luminosidad.

Aparte están las 12 esculturas del siglo XVIII al XX, algunas son con tela encolada; se suman ocho figuras de caballete. Se prevé, dice Espín, que la obra esté lista para inicios de abril del 2020.

Paralelamente se trabajará en las cubiertas del templo, pues este momento hay filtración de agua lluvia en algunos sitios. También se rescatará la pintura exterior y arreglarán los problemas de los bajantes.

En la pileta de piedra se hará una conservación para eliminar las oxidaciones y la suciedad, al igual que en la cruz que se divisa desde la García Moreno y que fue una reposición realizada por el Fonsal.

Para toda esa labor especializada hay un equipo de cuatro restauradores y sus auxiliares. Están distribuidos por frentes: retablos y esculturas. Esos mismos grupos se harán cargo de los trabajos en piedra y metales. Todo para recobrar la belleza de Santa Bárbara.

El templo. La iglesia de Santa Bárbara está ubicada en las calles García Moreno y Manabí. Fue construida en el siglo XVI. La cruz que está afuera es una de ‘Las Siete Cruces’