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6 de enero de 2020 12:57

Clima de incertidumbre en el  Parlamento de Venezuela

Juan Guaidó convocó a una sesión de la unicameral Asamblea Nacional para el martes 7 de enero del 2020 en el Palacio Legislativo. Foto: AFP

Juan Guaidó convocó a una sesión de la unicameral Asamblea Nacional para el martes 7 de enero del 2020 en el Palacio Legislativo. Foto: AFP

Agencia AFP

La ruptura institucional se profundiza en Venezuela. Juan Guaidó sigue reivindicando su condición de jefe del Parlamento y presidente encargado con amplio apoyo internacional, mientras un diputado rival fue proclamado líder legislativo ayer, 5 de enero del 2020, y Nicolás Maduro mantiene el control del poder.

Guaidó convocó a una sesión de la unicameral Asamblea Nacional para el martes 7 de enero en el Palacio Legislativo, pero surge una pregunta: ¿podrá hacer valer los votos de los 100 diputados opositores que le reeligieron en las instalaciones de un periódico, entrar a la Cámara y subir al podio presidencial?

Piquetes militares y policiales impidieron su entrada a la Asamblea el domingo 5 de enero. Mientras intentaba saltar las verjas de la sede del Parlamento, bloqueado por uniformados con escudos antimotines, Luis Parra, un legislador opositor que rompió con él hace un mes tras ser acusado de corrupción, se juramentaba con respaldo del chavismo.

Guaidó llamó entonces a una sesión en la sede del diario El Nacional, donde fue ratificado por la mayoría opositora de la Cámara.

Estados Unidos, la Unión Europea y aliados regionales como Colombia, Perú, Ecuador o Brasil renovaron su respaldo a Guaidó, quien como jefe parlamentario reclamó el 23 de enero de 2019 la presidencia interina de Venezuela con reconocimiento de medio centenar de gobiernos.

Maduro, por su parte, reconoció como jefe de la Asamblea a Parra, quien también convocó una sesión para mañana.

La oposición denuncia un “golpe de Estado parlamentario”. Parra es acusado de cabildear ante autoridades de Colombia y Estados Unidos para librar de responsabilidad a un empresario implicado en un caso de presuntos sobrecostos en la importación de alimentos para el gobierno del mandatario socialista.

Juan Guaidó intentaba saltar las verjas de la sede del Parlamento, bloqueado por uniformados con escudos antimotines. Foto: AFP

Juan Guaidó intentaba saltar las verjas de la sede del Parlamento, bloqueado por uniformados con escudos antimotines. Foto: AFP

“Unidad”

Poco después de la votación en la que salió reelegido, Guaidó pidió a su partido político, Voluntad Popular, que lo “relevara” de su militancia para ser “independiente” y “atender a cada uno de los sectores del país”.

La organización fundada por el mentor del líder parlamentario, Leopoldo López, aceptó el pedido a fin de “contribuir al fortalecimiento de la unidad” en la oposición.

El rechazo a Parra reagrupó a fuerzas opositoras que mantenían diferencias con Guaidó. “Fue impuesto por el chavismo (...) en un capítulo más de autocracia y abuso de poder (...) y los abusos unifican”, dijo a la AFP el analista Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis, quien considera que puede ser una oportunidad para revitalizar protestas.

Legisladores de la pequeña fracción “16 de julio”, vinculada a la exdiputada radical María Corina Machado, apoyaron la ratificación de Guaidó pese a haber sido críticos con muchas de sus decisiones, como las fallidas negociaciones emprendidas con Maduro el año pasado con la mediación del gobierno de Noruega.

Ese grupo “tenía acordado abstenerse”, pero decidió apoyar a Guaidó frente a la “barbarie”, dijo el diputado Omar González al darle su voto.

Henri Falcón, un chavista disidente que rompió el boicot de los principales partidos opositores a las presidenciales de 2018 ganadas por Maduro, tildó de “espectáculo bochornoso” la proclamación de Parra.

Sin embargo, la oposición deberá enfrentar un inminente llamado a elecciones para una nueva Asamblea Nacional, que según la ley deben realizarse en 2020, último año de la actual legislatura.

Ese escenario, subraya León, plantea “el riesgo de fracturas” entre quienes consideran participar y quienes lo descartan.