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27 de noviembre de 2018 09:45

Jueces tiene el mundial de 40

En 1987 hubo un curso para formar a los jueces, de las 150 personas inscritas 25 lograron graduarse. Foto: ÚN

En 1987 hubo un curso para formar a los jueces, de las 150 personas inscritas 25 lograron graduarse. Foto: ÚN

Betty Beltrán

Son 24 jueces de cuentas los que dirigen, año tras año, las partidas de las 96 parejas que suele tener el Campeonato Mundial de 40. El que lleva más de 33 años en ese grupo selecto es Carlos Guaygua, de 62 años de edad.

El evento que ha llegado a ser tan importante durante las Fiestas de Quito está en su edición 49 y hoy, a las 19:00, será la inauguración con el alcalde Mauricio Rodas, la reinita Daniela Almeida y obviamente los jugadores y los jueces.
De este último grupo, Guaygua es el decano y se siente orgulloso; desde el año en que se involucró nunca ha fallado a esta cita organizada por la Asociación de Periodistas Deportivos de Pichincha (APDP).

Su actuación, al igual que el resto de sus compañeros, es por amor al arte porque durante los días de competencia solo recibe unos dólares para el transporte, un canelazo y un gracias.

Es que ellos tienen sus actividades independentes. Guaygua trabaja como encargado del archivo de la Notaria 51 en Calderón.

En sus 33 años de juez tiene harta experiencia. Menciona que el juego del 40 es a escala barrial, pero para el Campeonato se tiene que pulir porque “hay parejas que hacen ‘full’ trampa”.

Lo más común son las señas; por ejemplo, cuando el jugador se topa la nariz intenta decir que tiene una carta; agarrar los lentes, que tienen un par de cartas; y el momento que muestra la frente es que tiene un As.

Hay más, alzar el brazo doblado es una J, lanzar la carta asentando en la mesa es para indicar con los dedos las cartas que tiene…

Todas esas mañas se han pulido y actualmente se tiene un campeonato más limpio, asegura Guaygua. Agrega que los jugadores de la Costa “son los más afanosos con esas mañas”.

Inclusive en los dichos, recuerda el juez más antiguo del Campeonato Mundial del 40. Y menciona algunos: “Haz de mí lo que quieras” significa que va a jugar con el As; hay otro dicho que dice “Mira quién viene” que significa que tiene el 7; otro: “Siéntate cómodo”, es que tiene el 4. Y “Ven a ver quién está” significa que va a hacer una caída y limpia.

Para frenar esas malas costumbres, los jueces se ponen bien serios. Primero advierten a los jugadores que se moderen; cuando no hacen caso, insiste en tono más alto:“nada de señas ni de dichos”. Si continúan ruditos, ahí sí les cae la segunda sanción con dos puntos menos. Y si reinciden se puede suspender la partida.

Guaygua se vio forzado, por solo una vez, a parar un juego y fue justamente con una pareja de costeños, rememora. Aquello ocurrió en 1998, durante un juego de clasificación.

Marcelo Caizapanta, con 32 años como juez del Campeonato Mundial de 40, insiste que se han fajado durísimo para frenar esas mañas.

En una ocasión, agrega este abogado de 65 años, se vio obligado a quitar a un jugador 5 puntos de golpe y la partida se tranquilizó para el bien del Campeonato.
Para no tener inconvenientes en el juego se ponen reglas claras, menciona Pepe Cabrera, otro juez de tantos con 25 años de experiencia y 61 de edad.

Una de ellas es que los mirones sean de palo, que no digan ni ‘mu’ y si alguien abre la boca se le pide que se distancie de la mesa. Para eso hay bastantes jueces que están atentos al juego.

El promedio de edad de los 24 jueces es de entre 20 a 65 años; los más guambritos son los estudiantes de la Facultad de Educación Física de la Universidad Central. En el grupo hay 23 hombres y una chulla mujer de Imbabura.
Para evitar algún mal momento, también se obliga a que se juegue con las cartas al borde del tablero de la mesa; el jugador solo coge la carta y la bota. De esa manera, cuenta Cabrera, se evita que haya señas que aplican para sacar ventaja.

Pese al control, asegura el juez Cabrera, cada año se inventan mañas. El 2017 fue el de mover las sillas, y dependiendo a qué lado se acomodaba el jugador intentaba decir que se juegue con la carta más alta o la más baja. Se espera que este año no haya ningún invento y que prime la capacidad de retentiva de los jugadores.


Para las partidas todos los 24 jueces tienen un lugar dispuesto en el Salón Pichincha del Hotel Quito y van saliendo según la llegada. La final suele dirigir quien más se ha destacó. Los decanos Guaygua y Caizapanta siempre suelen estar en las finales.