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6 de junio de 2019 11:45

El juicio a un gallo se aplazó

Este es Maurice, el gallo acusado de cacarear desde muy temprano. Foto: AFP

Este es Maurice, el gallo acusado de cacarear desde muy temprano. Foto: AFP

Agencia AFP
Varias agencias (I)

El juicio de un gallo acusado de cantar demasiado temprano por sus vecinos en una isla turística del suroeste de Francia fue aplazado para el 4 de julio del 2019, prórroga que podría permitir una conciliación entre las partes involucradas.

La audiencia prevista en el tribunal de la localidad de Rochefort fue postergada por una cuestión legal.

El gallo Maurice, “cansado”, no acudió a la corte este jueves 6 de junio del 2019, como tampoco la pareja de jubilados que interpuso la demanda.

El animal vive en la isla de Oleron, en el suroeste francés, donde sus cacareos desde el amanecer irritan a los propietarios de una residencia vecina.

Su historia provocó numerosas reacciones en Francia, incluida la del alcalde de otra localidad del suroeste, Gajac, que pidió al gobierno que declare los sonidos del mundo rural como parte del “patrimonio inmaterial nacional”.

La propietaria del gallo, Corine Fesseau, dijo este jueves que estaba dispuesta a un “diálogo, siempre que no me agredan”. Acusa a los demandantes, a los que no conoce, de haber “cerrado la puerta a todo” arreglo antes del juicio.

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El abogado de Corine, Julien Papineau, aseguró antes de la audiencia de este jueves 6 de junio que “no fue posible ninguna conciliación”.

El defensor de los demandantes, Vincent Huberdeau, afirmó que sus “clientes escribieron al alcalde de Saint-Pierre-d’Oléron, Christophe Sueur, para encontrar un arreglo amistoso. Buscaron una conciliación. Solo quieren que encierren al gallo por la noche. Es una urbanización, no estamos en medio del campo”, agregó.

Sin embargo, el alcalde de Saint-Pierre-d’Oléron señaló indignado que “hoy denuncian el cacareo, y mañana ¿qué será? ¿Las gaviotas? ¿El ruido del viento? ¿Nuestros acentos?”.

El caso, aunque anecdótico, ilustra a la vez los temores de que desaparezca el mundo rural en Francia, debido al declive de la actividad agrícola y ganadera y al éxodo de los jóvenes.

La creciente brecha entre las zonas rurales y urbanas quedó reflejada con el movimiento de protestas de los “chalecos amarillos”, que estallaron a fines del 2018.