placeholder
Las Últimas
26 de marzo de 2019 12:49

La juventud no olvida a los tres que nos faltan

Este 26 de marzo del 2019 se cumple un año del secuestro del equipo periodístico de El Comercio, en Mataje. Foto: archivo / ÚN

Este 26 de marzo del 2019 se cumple un año del secuestro del equipo periodístico de El Comercio, en Mataje. Foto: archivo / ÚN

Redacción Últimas Noticias
(I)

Hace un año se produjo el secuestro de Efraín Segarra, Paúl Rivas y Javier Ortega, equipo periodístico de EL COMERCIO, en Mataje, provincia de Esmeraldas.

El frente Óliver Sinisterra, disidente de las FARC, se atribuyó el plagio que concluyó trágicamente dos semanas después con la confirmación del asesinato de los comunicadores.

Un año después, ¿hay lecciones para aprender? Eso preguntó ÚLTIMAS NOTICIAS a jóvenes estudiantes de cuatro planteles educativos de la ciudad.

A los jóvenes, a sus maestros y a las autoridades de los establecimientos, nuestro profundo agradecimiento por acoger el pedido, pero sobre todo -como se nota en los textos que componen este especial- por mantener vivos en la memoria a Javier, Paúl y Efraín.

Dibujo de Isaac Chasing Véliz, de la UEM Calderón. Foto: Patricio Terán / ÚN

Dibujo de Isaac Chasing Véliz, de la UEM Calderón. Fotos: Patricio Terán / ÚN

Lo que aprendí de los periodistas en la frontera

Emily Reyes - UEM Eugenio Espejo. (O)

‘Si se calla el cantor, calla la vida…”, palabras acertadas de Horacio Guaraní. Era el 26 de marzo del 2018, día fatídico para el periodismo ecuatoriano. La familia de EL COMERCIO empezó a perder a tres de sus miembros a manos de la disidencia Óliver Sinisterra, de las FARC, en Mataje, frontera con Colombia.

La noticia recorrió el mundo y la indignación hizo presa de los ecuatorianos, que aún no salían de la consternación del criminal y cobarde ataque que había segado la vida de cuatro infantes de Marina tan solo seis días antes.

La misión de los periodistas era esclarecer los hechos acaecidos el 20 de marzo, día en el que un artefacto explosivo sacudió con furia esta zona fronteriza, dejando una estela de dolor y llanto en cuatro familias, por la pérdida de sus hijos, a más de los 11 heridos.

Encontrar la respuesta al por qué de los ataques terroristas, realidad que se pensaba ajena y que desde el 27 de enero, fecha de la primera embestida de la guerrilla colombiana a la zona de Mataje. Al parecer, fue el factor que llevó al equipo periodístico a llenarse de valor para traspasar límites en búsqueda de la información. No existe mayor estado de vulnerabilidad que la indiferencia colectiva, los periodistas de EL COMERCIO buscaban hacer eco del miedo e incertidumbre en el diario vivir en estas poblaciones fronterizas.

Dubujo de Anahí Inlago, de la UE Municipal Calderón.

Dubujo de Anahí Inlago, de la UE Municipal Calderón.

El secuestro del equipo periodístico enardeció, llenó de coraje e indignación a todo un país que salió a las calles a clamar por justicia bajo la consigna: “Nos faltan 3 y los queremos de vuelta”.

Vivir en un país libre requiere de más personas con tal nivel de valentía, entrega y profesionalismo, para luchar por dar a conocer la verdad por encima de cualquier obstáculo que pueda presentarse en el camino.

El hecho de buscar la verdad no es motivo para morir de tan cruel manera. Fue un acto intrépido, sediento de justicia, sediento de paz. Solo recordaron su “obligación moral que le incumbe de ser sincero y de aspirar a la verdad en la exposición, la explicación y la interpretación de los hechos”. Debían llegar al fondo de los acontecimientos que amenazaban la paz del Ecuador desde hacía ya un tiempo considerable.

El periodismo responsable orienta a la sociedad. Es capaz de conducirla por derroteros insospechados. De allí que, el legado de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra estará presente en el accionar de las nuevas generaciones de periodistas que sientan el llamado a cumplir con el juramento hecho al salir a ejercer tan noble profesión.

“Que no calle el cantor porque el silencio / cobarde apaña la maldad que oprime, / no saben los cantores de agachadas, / no callarán jamás de frente al crimen”. Sí, porque cuando la voz de un periodista es apagada, nuevas voces surgen fortalecidas y con mayores bríos con el único ánimo de informar de manera veraz y objetiva, aunque en ello dejen su propia vida.

Cristian Torres, de la UEM Calderón.

Cristian Torres, de la UEM Calderón.

Los tres nos faltarán siempre

Adael F. Castillo - UEM E. Espejo (O)

Recuerdo con mucha tristeza ver en todos los medios de comunicación la frase #NosFaltan3. Conforme pasaban los días, pasó a ser un acontecimiento que marcó no solo a la prensa sino a todo el país.

Fueron días de mucha intranquilidad, nerviosismo y desesperación, tanto para los familiares como para la sociedad ecuatoriana y prensa en todo el mundo, al no obtener información de los valientes periodistas: Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra.

La tragedia de estos héroes nos ha hecho recapacitar una vez más sobre la importancia de continuar luchando arduamente por la paz, de no ignorar ni pasar por alto lo ocurrido y no tolerar ningún tipo de violencia.

Nos impulsa a ser solidarios entre nosotros y a respetar y valorar el esfuerzo de quienes a pesar de correr riesgos hacen hasta lo imposible por transmitir información veraz y oportuna.

Estos tres héroes hicieron su trabajo por pasión y para ayudar a los habitantes de la frontera. A pesar de las gestiones y campañas del pueblo para que el Gobierno luche por su libertad, no se logró su retorno a salvo. Casi un año ha pasado de lo sucedido y la triste verdad es que aún nos faltan 3. Y nos faltarán siempre.

Adriana Lara, de la UEM Calderón.

Adriana Lara, de la UEM Calderón.

Jamás olvidaremos 

Dr. Humberto A. Herrera Sánchez, rector Shakespeare School (O)


La historia de los pueblos la vivimos gracias al periodismo, porque son ustedes quienes, en el cumplimiento de su labor, sin medir las consecuencias, por su compromiso y lealtad como informadores de los hechos en el convivir nacional e internacional, ponen en riesgo su integridad personal.

Lo sucedido con nuestros tres compatriotas, Javier, Paúl y Efraín, es la muestra palpable

de la pasión y el coraje del ser que tiene en su sangre la motivación y entrega por cumplir con su acti­vidad, ser un periodista de honor y valor.

Jamás nos olvidaremos de ustedes compatriotas periodistas, que ofrendaron sus vidas por mantenernos informados.

Su muerte será el símbolo de libertad, verdad, paz y justicia.

La importancia de la información

Bernardo Molina Alarcón, Shakespeare School. (O)

Así se inició la tragedia periodística de mayor magnitud en la última década en Ecuador, cuando Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra viajaron a la frontera colombo-ecuatoriana, para realizar un reportaje de la situación que padecían los moradores de esta zona por los actos de violencia provocados por grupos subversivos.

No era la primera ocasión en que viajaban a la zona. Retomaron su investigación sin dimensionar las consecuencias que tendrían que pagar. El 26 de marzo del 2018 se encontraron de frente con la tragedia. Este día empezó el sufrimiento no solo para los tres periodistas sino para todo un país.

Fue el 13 de abril del 2018, cuando el presidente Moreno anunció frente a los medios de comunicación el asesinato de los trabajadores de EL COMERCIO. Así conmemoramos un hecho que no queremos volver a padecer nunca. A todos nos gusta mantenernos informados, pero ¿cuál es el precio?

Emerson Pacheco, de la UEM Calderón.

Emerson Pacheco, de la UEM Calderón.

El sacrificio sin una recompensa

Daniel E. Arroyo Villavicencio, Shakespeare School. (O)

El 26 de marzo del 2018, los valientes periodistas, señores Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra sacrificaron sus vidas para informarnos sobre lo que pasaba en la frontera colombo-ecuatoriana y en cumplimiento de su deber, nuestros hermanos fueron secuestrados.

Días después, el presidente Lenín Moreno informó a la nación la muerte de los tres compatriotas.

En ese momento entendí que el riesgo por una noticia cambió la vida de sus seres queridos y de un país entero, evidenciando la triste realidad en la que el mundo se encuentra actualmente.

La muerte y el dolor hacen que reflexionemos sobre la injusticia presente cuando las personas

que quieren hacer su trabajo son afectadas en su integridad.

Mi generación está obligada a recordar esta tragedia para que no ocurra de nuevo. Que nadie viva de nuevo este dolor.

Gracias al sacrificio de mis compatriotas, todo el mundo se informó sobre la noticia. Es por ello que los tres ausentes serán recordados por la historia y el corazón del pueblo ecuatoriano.

Paula Ramos, de la UEM Calderón.

Paula Ramos, de la UEM Calderón.

Clamor nacional por la justicia

Camila Pacheco, APCH. (O)

El trabajo de un periodista es buscar la verdad, indagar a fondo los acontecimientos que son de interés general para la sociedad y transmitir de forma objetiva la noticia. Pero también es parte de esta labor, acudir oportunamente al lugar donde ocurren los hechos para obtener información veraz y de primera mano.

Es esto último lo que, tristemente, convierte al periodismo, en una arriesgada labor; más si el Estado se muestra como un ente incapaz de ofrecer garantías a los reporteros.

A poco de revivir un año de la nefasta fecha del secuestro y desaparación de los periodistas Efraín Segarra, Javier Ortega y Paúl Rivas, en manos de la guerrilla y el narcotráfico, es preciso comprender la crítica situación de la prensa en Ecuador. El periodista es visto como el verdugo de los corruptos, la delincuencia y la opresión de los gobiernos.

La justicia que el país clama es un grito desesperado, pero también rotundo, que exige libertades y garantías para expresarnos.

Natalia Zamora, UEM Calderón.

Natalia Zamora, UEM Calderón.

El pueblo no los olvidará

Cristina Padilla Yessenia Vinueza, APCH. (O)

Hoy se cumple un año desde que los ecuatorianos fuimos víctimas de los violentos conflictos que ocurren en nuestras fronteras.

Hoy se cumple un año de aquel fatídico acontecimiento que dejó una huella oscura en nuestra historia. Un año desde que nos unimos y a una sola voz gritamos: “¡Nos faltan tres!”, todavía con la esperanza de encontrar a Javier, a Paúl, a Efraín…

La desaparición de nuestros periodistas nos develó la verdad sobre el trabajo periodístico en el Ecuador, donde la libertad de expresión ha sido sometida al trato arbitrario de sus gobernantes.

Ser periodista implica ser consciente de los problemas actuales, informar con ética, responsabilidad y compromiso con la ciudadanía, que merece estar bien informada.

Este 26 de marzo debe ser recordado como un día en que se apagaron tres voces, pero que encendieron y mantienen viva la llama de un pueblo inagotable que clama justicia.

Victoria Jadán, UEM Calderón.

Victoria Jadán, UEM Calderón.

La paz no se compra

Yesenia Vinueza, APCH. (O)

‘Gobierno confirma secuestro de equipo periodístico de EL COMERCIO en Mataje’. Ese fue el titular publicado por aquel diario el 27 de marzo del 2018, mientras toda una nación se preguntaba si realmente la maldad humana podía llegar a ese límite.
Fue hace un año cuando las calles se llenaron de carteles reclamando la verdad.

Fueron tres las víctimas. Muchos compararon la cifra cuando en otros países habían sido cientos; pero los tres, levantaron la voz de un país sediento de justicia y libertad.

Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra vivieron en carne propia la violencia y ambición de unos pocos. Eso marca la historia periodística de la nación y deja en claro que la búsqueda de la verdad sigue.

Si ellos tuvieron que dar su vida por un ideal, lo mínimo que como ciudadanos podemos hacer es mantener altivo el espíritu de lucha por lograr un mundo de paz, en el que reine la libertad, la responsabilidad y el ejercicio de nuestros derechos.

Karen Colobón, UEM Calderón.

Karen Colobón, UEM Calderón.

Un llamado a la acción

John Cabrera, UE Municipal Calderón. (O)

Aquel día fueron tres. ¿Cuántos más deben ser para que el Gobierno tome cartas en el asunto? La impunidad del delito vuelve aún más atroz el suceso.

¿Qué esperamos para reaccionar, para darnos cuenta de que el peligro ronda en nuestros niños, en nuestros ancianos, en nuestros padres. Es hora de decir ¡basta!, levantar nuestra voz y exigir eficiencia del Gobierno.

Este suceso no solo debe ser un recordatorio de lo endeble de nuestro sistema, debe ser un llamado a la acción.

Las personas no podemos ser usadas como moneda de cambio para resolver problemas gubernamentales. No podemos seguir en el silencio esperando que algo cambie. El silencio solo hará que estas situaciones continúen.

Eduquemos, ya que solo aquello nos librará de las ataduras del miedo a expresarnos. Armémonos de valor para reclamar nuestros derechos. Somos una gran nación que necesita grandes cambios.

Gabriel Chogllo, UEM Calderón.

Gabriel Chogllo, UEM Calderón.

Con el corazón partido

Nayely Rodríguez, UE Municipal Calderón. (O)

Sí, es verdad que no los conocí pero el momento que anunciaron, por las noticias, que tres compatriotas fueron secuestrados por alias ‘Guacho’ de verdad que me sentí muy mal.

En cada momento mi familia y yo oramos por ellos para que regresaran sanos y salvos. Pero días después fue anunciada la muerte de ellos. En ese momento se partió mi corazón. Sin haberlos conocido me uní al dolor de los familiares.

Hasta ahora siento que las autoridades no llegaron al fondo de esta situación. Es muy doloroso saber que tres personas que iban a hacer su trabajo nunca más regresaron a sus casas, a sus hogares, a sus trabajos.

¿No es tiempo de reflexionar, cambiar el rumbo de las cosas, minimizar la violencia y hacer nuestro entorno más seguro y amable? Y no me refiero al Gobierno, ni a los narcos, me refiero a cada uno de nosotros. Todos deben empezar por esto, cambiando uno mismo. No queremos ni uno más.

Anthony Benalcázar, UEM Calderón.

Anthony Benalcázar, UEM Calderón.

Hay que valorar a la familia, en vida

Kelly Anrango, UE Municipal Calderón. (O)

Es triste, muy triste lo que sucedió con los tres periodistas secuestrados y asesinados por ‘Guacho’.

Sería tan lamentable y penoso que un miembro de tu familia desaparezca, más aún sabiendo que es alguien tan cercano, como un hermano.

Es doloroso y triste en primer lugar el no poder hacer algo, desesperante el no saber su paradero, luego el no saber si está bien o mal, el no saber si come o no, si está bien, enfermo o que les harán.

Iras, sí iras porque no hacían nada, nada por la libertad de ellos más aún sabiendo que fueron secuestrados por un criminal.

Si este fuera mi caso, sería un grito a voces o una muerte en vida para mí y toda mi familia.

Jairo Vallejos, UEM Calderón.

Jairo Vallejos, UEM Calderón.

No estaría tranquila. Pensar que pasan los días y las noches y sin ninguna noticia. El querer apoyar o estar cerca de ellos o por lo menos darles apoyo moral y no poder hacerlo.

Yo estaría llora y llora, sin poder hacer algo y sin poder ayudarle, ya que esto solo les compete a las autoridades. Ellas son las llamadas a resolver los problemas.
Ya no sería lo mismo, pero me pondría a pensar que la vida continúa y hay que seguir adelante por el resto de la existencia que nos queda.

Por eso, hoy en vida, a nuestras familias hay que disfrutarlas y valorarlas porque hoy estamos y mañana no. Esto no deseo que a nadie, pero a nadie, les pasara esto porque sería penoso y triste.