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10 de diciembre de 2018 13:15

Krampus: el antagonista de San Nicolás en la Navidad europea

El pasado 30 de noviembre los Krampus llenaron las calles de Eslovenia. Foto: AFP

El pasado 30 de noviembre los Krampus invadieron las calles de Eslovenia. Foto: AFP

Agencia EFE

La Navidad y el Adviento están asociados a villancicos, color y alegría. Pero no siempre es así. En países Eslovenia o Austria, como las luces de estas fiestas proyectan la sombra de un nombre que despierta más de un escalofrío: Krampus.

Cada 6 de diciembre, los niños celebran la llegada de Nikolaus (San Nicolás), una figura similar a la de Papá Noel, que trae regalos a aquellos que se han portado bien. Si han sido buenos llena las botas de los más pequeños de la casa de dulces, mandarinas, galletas y un San Nicolás de chocolate.

Pero claro, no todos se han portado bien. La víspera del día de San Nicolás, a finales de noviembre, es el momento del Krampus. La noche anterior a los regalos este monstruo, mitad cabra mitad demonio, se echa a las calles para recordar con azotes a los más pequeños de la casa que comportarse mal tiene consecuencias.

El pasado 30 de noviembre los Krampus llenaron las calles de Eslovenia. Foto: AFP

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La tradición describe al Krampus como una enorme bestia con el cuerpo cubierto con un denso pelaje, un par de cuernos, ojos saltones y una terrorífica boca con dientes afilados, llena de sangre de la que sale una larga lengua. La leyenda cuenta que Krampus ataba a los niños con cadenas, los apaleaba y los arrastraba al infierno.

El relato ha ido dulcificándose con el paso del tiempo y el monstruo se ha convertido en uno de los protagonistas de la Navidad en muchas zonas de Europa Central.

El pasado 30 de noviembre los Krampus llenaron las calles de Eslovenia. Foto: AFP

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El demonio tiene su propio espectáculo, los 'Krampuslufe' (cabalgatas de Krampus), que comienzan a celebrarse en toda Austria a finales de noviembre, un terrorífico espectáculo salido de las más oscuras pesadillas.

Antes siquiera de que aparezca el grupo de monstruos, una densa humareda y el ruido de cadenas, cencerros y cacerolas anuncian el inicio del espectáculo. Desde la niebla emergen los cuernos y diabólicas máscaras de los Krampus, que, con el inestable andar de su pezuñas de cabra, salen a la caza de los traviesos entre gritos y danzas salvajes.

El pasado 30 de noviembre los Krampus llenaron las calles de Eslovenia. Foto: AFP

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Armados con ramas de abedul, estos monstruos azotan a aquellos que se han comportado mal, mientras saludan, inofensivos, a otros niños que presencian sus escalofriantes procesiones.

Aunque pueda parecer extraño, algunos niños no solo no tienen miedo al demonio, sino que acuden a estos espectáculos con caretas del Krampus y pequeñas ramas de abedul.

El pasado 30 de noviembre los Krampus llenaron las calles de Eslovenia. Foto: AFP

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Durante largos períodos de tiempo la tradición del Krampus estuvo prohibida en Austria y otros países de Europa. Primero por la Iglesia Católica por su origen pagano y después durante el Tercer Reich, ya que el nazismo consideraba que era una festividad promovida por los socialdemócratas.

Krampus, según algunos estudiosos, proviene de la mitología germánica, para otros es una figura pagana alpina, y su nombre puede proceder de uno de los nombres del alemán medieval para garra.

El pasado 30 de noviembre los Krampus llenaron las calles de Eslovenia. Foto: AFP

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En cualquier caso, es una figura salvaje que existe también en otras mitologías, como los faunos o los sátiros de la griega. Esta tradición ha ido recuperando la popularidad y se ha extendido a otros puntos del globo.

Krampus fue uno de los protagonistas de la Navidad de 2015, cuando Hollywood tomó la tradición centroeuropea para convertirla en fenómeno mundial.

La película 'Krampus: Maldita Navidad' se coló en los cines y dio a conocer al monstruo con dosis de terror y humor mientras hacía una feroz crítica al consumismo navideño.