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26 de agosto de 2021 20:45

El legado del ‘Sombrerero Mayor’, firme

Luis López y Nancy Basante en el local de la García Moreno. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Luis López y Nancy Basante en el local de la García Moreno. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Ana Guerrero

Una máquina de unos 120 años se distingue, rodeada de no menos de 80 modelos de sombreros. Desde tres ventanales, la jornada diaria, el oficio que ya va por la cuarta generación, se vuelve un atractivo en la calle de las Siete Cruces. Es la nueva casa de Sombreros López.

Luis, de 66 años, se aferra a mantener el viejo oficio de hacer sombreros, aprendido de su abuelo Alejandro, quien, en 1920, en Ambato, fue conocido como el ‘Sombrerero Mayor’.

Por 15 años, Luis, el sexto de 10 hermanos, tuvo su taller y local en la tradicional calle de La Ronda, en el extremo sur del Centro Histórico de Quito.

Luis López junto a su hija Andrea y su esposa, Nancy Basante. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Luis López junto a su hija Andrea y su esposa, Nancy Basante. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Era una zona y un local muy visitado por los turistas, antes de que el covid-19 asomara en el mundo. La pandemia llegó, las cosas se complicaron, pero el artesano no bajó los brazos y siguió creando.

‘Fascinación en paja toquilla’ fue el resultado, una colección con 42 nuevos modelos. También se lanzó a crear mascarillas y visores. “No resultó, zapatero a tu zapato”, confiesa.

Sin embargo, La Ronda decaía y la emergencia sanitaria se agudizaba. La venta no pasaba de tres sombreros a la semana. Al menos, el 80% de negocios cerró. Aunque los que aún están en la calle tradicional tampoco dejan la lucha por sus emprendimientos. Sombreros López tomó un nuevo rumbo.

Luis comparte que, junto con su hija Andrea y su esposa, Nancy Basante, vio una oportunidad en medio de la pandemia: “los arriendos en el Centro bajaron y pudieron mudarse”.

Luis López trabajando en su local, en la García Moreno. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Luis López trabajando en su local, en la García Moreno. Foto: Ana Guerrero / ÚN

El nuevo local, en la García Moreno N1-42 y Bolívar, C.C. La Manzana, se hizo realidad con una consigna: “Creer en nosotros. Dios nos regaló talentos y cerca de un año y medio para trabajar puertas adentro. Hay que pensar que la pandemia va a pasar”.

El primer negocio lo tuvo en la calle Portilla. En la nueva casa están vivas las enseñanzas del abuelo, transmitidas por los padres, Luis Gerardo y Anita Victoria. Y no solo en las manos de Luis, sino de Andrea, la mayor de tres hijos, quien luego de volver de España, hace 10 años, empezó con pocos modelos y hace cinco, se dedicó de lleno a los sombreros.

Nancy aprendió con la ayuda de su suegra y de su esposo, con quien lleva casada 39 de sus 58 años. En una segunda planta, conservan los modelos de sombreros para bautizos, “con lo que todo empezó”.

Luis López junto a su hija Andrea y su esposa, Nancy Basante. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Luis López junto a su hija Andrea y su esposa, Nancy Basante. Foto: Ana Guerrero / ÚN

En el espacio también guardan con cariño la horma heredada por su suegra, Anita Victoria.

En el lugar, donde está una parte del taller, guardan trajes y sombreros antiguos.

En La Ronda, la mujer se dedicaba a hacer fotos a los clientes vistiendo esos atuendos. Ahora, alquilan las vestimentas. Atienden de lunes a sábado, de 09:30 a 18:00; y domingos, de 10:00 a 14:00.

Y la creación, claro, no se detiene, junto a una antigua prensa de arena, una de fieltro y un vaporizador.