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27 de marzo de 2019 09:00

33 mil libros de Santo Domingo se limpian

Museólogos y restauradores están a cargo de la limpieza de los libros. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Museólogos y restauradores están a cargo de la limpieza de los libros. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Redacción Últimas Noticias
(I)

La conservación emergente de 33 mil obras de la biblioteca Fray Ignacio de Quezada del convento de Santo Domingo tiene su ciencia. Ayer, 26 de marzo del 2019, comenzó ese trabajo de limpieza de todos los volúmenes. Tardará unos tres meses.

Ese proceso, gracias a un convenio entre los padres Dominicos y el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP), implica toda una logística, menciona Sonia Merizalde, restauradora y responsable de la obra.

Primerito se vio el espacio adecuado para desarrollar la limpieza y conservación, se forraron las mesas de trabajo con material especial. La idea es tener un ambiente de asepsia y proteger el piso que, hace poco nomás, el IMP intervino.

Se montaron unas cabinas de acetato para proteger más el ambiente. Los seis especialistas, entre museólogos y restauradores, colocan los ejemplares en esos cubículos y con una aspiradora van limpiando, uno a uno, los libros.

Empezaron con los libros que están en el segundo altillo de la biblioteca. Una vez que las estanterías estén limpias, los volverán a colocar en el mismo orden.

A simple vista los volúmenes se ven limpios, todo porque en años anteriores (inicio de los 90 y a finales del 2000) se ejecutaron algunas intervenciones y en esta ocasión es solo un mantenimiento por si las moscas, no ven que son libros valiosísimos.

En esta colección hay 26 libros incunables (antes de la imprenta y por eso fueron elaborados a mano). Vicente Ramos, encargado del museo de Santo Domingo, agrega que tienen varias joyas; por ejemplo, el libro más antiguo que hay en el país, publicado en 1490.

Se trata de unos tratados teológicos escritos en Europa, y por cosas de los frailes el volumen vino a parar en el convento. Será limpiado, pero al momento está en una caja fuerte.

Ramos sí lo conoce y cuenta que es una ‘ñarra’, pequeño y delgado, a simple vista parecería un folleto, pero su valor histórico es incalculable; está en latín.

También hay libros de sabiduría antigua, de los siglos XVII y XVIII; además de Teología, Ciencias Naturales, Ciencias Políticas, Gramática, Sociología, Arquitectura, Literatura… muchos en griego y latín.

No hay que olvidar que la orden Dominica fundó la Universidad Santo Tomás y el Colegio San Fernando; es más, instalaron la primera facultad de Medicina de América Latina.

Una vez terminado el proyecto se estudia la posibilidad de abrir la biblioteca al público, para maravillarse con semejante colección de libros valiosísimos.