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3 de agosto de 2020 15:24

Lideresas de armas tomar en barrios de Quito

Guadalupe Panchi, lideresa en La Colmena.  Doris Escalante, de la ciudadela Tarqui y Dolores Nazate, de la Ferroviaria Alta

Guadalupe Panchi, lideresa en La Colmena. Doris Escalante, de la ciudadela Tarqui y Dolores Nazate, de la Ferroviaria Alta. Foto: Cortesía

Betty Beltrán

Ni el covid-19 las frenó. Son tres mujeres con harta hinchada y cabezas visibles de varias agrupaciones que llevan años empoderando a la comunidad. Dolores Nazate en la Ferroviaria Alta, Guadalupe Panchi en La Colmena y Doris Escalante en Ciudadela Tarqui. Estas son sus historias.

A Dolores le duele que su ‘Ferro’ sea invisibilizada y haya mucha necesidad. Por eso, ni bien cumplió los 10 años formó parte de colectivos que apostaron por el rescate de la cultura. Con el tiempo formó parte de TrenzandoSuresEcuador y Mujeres de Cuero y Metal. Actualmente tiene 43 años.

No contenta con eso, siempre se inmiscuyó en las cosas de su barriada, le apasiona servir como lo hizo su padre, un legendario dirigente barrial. Tuvo suerte, pues su esposo y sus hijos (de 16 y 14 años) le apoyan y son parte del trabajo comunitario.

Otra ventaja: la comunidad reconoce su esfuerzo. Tras la pandemia se dedicó, hasta el sol de hoy, a entrega alimentos y mascarillas a los más vulnerables. Aparte trabaja con otros dirigentes de frentes femeninos y cabildo barrial para sobrellevar esa nueva normalidad.

Tanto bregar y pese a los cuidados, Dolores enfermó y se aisló del mundo. Tras su cuarentena, volvió a la calle con sus proyectos. Fue representante a escala latinoamericana de la cultura viva comunitaria, es que está en todo y eso le estruja el corazón a esta becaria en Desarrollo para la Gestión Cultural.

La Colmena también tiene a su guerrera: Guadalupe. Desde hace ocho años fundó el colectivo Chaquiñan OIU, pero lleva más años en el tema de la dirigencia y actualmente es la secretaria de la asamblea La Colmena Media.

Su objetivo: revitalizar la memoria tangible e intangible del sector, desde una perspectiva social y organizativa. A sus 40 años está más sólida que nunca, además con varios títulos a su espalda: Gestión Cultural para el Desarrollo, a parte de su título de Enfermería y el de Gobierno y Territorio.

Y como La Colmena es uno de los 13 barrios libertarios, ella lucha para ponerle en ese sitial y que los guaguas se sientan orgullosos de esa estirpe. Por eso en esta pandemia se desdobla para que la gente del sector esté entretenida con el concurso de trompos, de cometas, la ruta de los sigses. Incluso hizo bailoterapia al inicio del confinamiento.

Otra lideresa de armas tomar es Doris, de la Ciudadela Tarqui. Ella vive con el tema de participación comunitaria y ciudadana, porque es necesario que los jóvenes tomen la posta en el tema de la dirigencia, dice convencida.

Aparte de ser asambleístas de la parroquia La Mena, está en la Asamblea Barrial Tarqui, es miembro de otras organizaciones culturales y de mujeres… Y en todas se hace sentir con sus ideas y su trabajo diario.

A sus 41 años está a punto de terminar sus estudios en la Politécnica Salesiana, la carrera de Gestión para el Desarrollo Local y Sostenible. Desde los 23 se vinculó a los procesos organizativos del campesinado. Se conoce todo el país.
En el aspecto familiar, el trabajo comunitario es un desafío, pero su hijo de 12 años le apoya. Y en esta pandemia se ha desdoblado con huertos comunitarios, con la botica campesina…

Cuando le preguntan hasta cuándo estará en esas andanzas, dice que cuando logre disminuir las desigualdades que se han visto, con mayor fuerza, en la pandemia. Está convencida tiene que nutrirse con las duras realidades de sus vecinos y ponerse en sus zapatos.