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21 de noviembre de 2017 08:15

Llanganates, el tesoro perdido

Es un área protegida, que cubre Cotopaxi, Napo , Pastaza y Tungurahua. Foto: Archivo ÚN

Es un área protegida, que cubre Cotopaxi, Napo , Pastaza y Tungurahua. Foto: Archivo ÚN

Redacción Últimas Noticias

Creencia o maldición. Lo cierto es que, en los últimos 500 años, mucha gente ha buscado el tesoro supuestamente ­escondido en la profundidad de la cordillera de los Llanganates, por el general incaico Rumiñahui.

Según la leyenda de los Llanganates, en esta zona está escondido el tesoro del Reino de Quito, el cual fue enterrado para alejar de la codicia a los conquistadores, es por ello que desde la época de la Colonia, aventureros y expedicionarios han ido a buscar esa riqueza.

La leyenda se popularizó cuando el botánico Richard Spruce descubrió el Derrotero de Valverde y un mapa dibujado por el ecuatoriano Atanasio Guzmán, y se publicara esa información en el Oficial de la Royal Geographical Society en 1860.

La historia nace en la Conquista española; en 1532, cuando Atahualpa es secuestrado en Cajamarca, él ofreció pagar un cuarto lleno de oro para recuperar su libertad; el encargado de recopilar el metal fue Rumiñahui, quien pagó parte del rescate y al enterarse de la muerte del inca, escondió el resto en la cumbre más alta de los Llanganates.

Sin embargo, se han realizado numerosas expediciones pero todas fracasaron, según cuentan los pobladores de Píllaro y San José de Poaló, quienes participan como guías de las expediciones, aún cuando otros manifiestan que ya se llevaron el oro de Atahualpa.

Es más, muchos creen que el tesoro fue localizado y eliminado a finales del siglo XVIII por Antonio Pastor y Marín de Segura.

Actualmente, la región está convertida en Parque Nacional Llanganates, es una área que cubre parte de las provincias de Cotopaxi, Napo, Pastaza y Tungurahua; al Parque se puede acceder desde varias direcciones, pero se suele llegar por Salcedo, Patate, Píllaro, Baños y Ríoverde.

Por su difícil acceso, preserva casi intactas su flora y fauna. Hasta hace poco solo atraía a aventureros arriesgados, pero hoy en día es un imán para todo el mundo.