placeholder
Las Últimas
5 de octubre de 2016 10:51

San Francisco olvidó el 'cordonazo'

Foto: Archivo / ÚN

El 4 de octubre, día justo del ‘cordonazo’, el área de Quito soportó algunos chubascos. Foto: Eduardo Terán / ÚN

Redacción Últimas Noticias

La feroz tempestad del 4 de octubre y que marcaba el comienzo de las lluvias de fin de año en Quito languidece. El ‘cordonazo’ de San Francisco de Asís, desde el año 2000, se presenta en partes; es decir, entre el 1 y 10 de octubre y a veces hasta más extendido.

Las personas mayores relataban, como si fuera un cuento, que ese día llovía a mares, incluso con rayos y truenos, porque San Panchito sacudía el cordón de su túnica para quitarse el agua que allí se acumulaba durante una temporada.

Sin embargo, Gonzalo Ontaneda, coordinador de Estudios e Investigación del Inamhi, define el ‘cordonazo’ como una serie de fuertes aguaceros acompañados por tormentas eléctricas, baja temperatura y hasta granizada.

Y agrega que en las dos últimas décadas ese chaparrón se presenta muy irregular y no se puede determinar la fecha exacta del fenómeno o de la leyenda.

Climatológicamente el período lluvioso en la región interandina se inicia en octubre y se extiende hasta mayo, distribuidos en una forma bimodal, con dos máximo valores en octubre y otro entre los meses de marzo y abril.

El Inamhi no pronostica si el ‘cordonazo’ sucederá entre estos días. Sin embargo, según la leyenda, el día puede amanecer despejado, espléndidamente soleado y de pronto todo oscurece para dar paso al legendario ‘cordonazo’ de San Francisco de Asís, aquel de toda la vida.

El 4 de octubre, día justo del ‘cordonazo’, el área de Quito soportó algunos chubascos y una que otra tormenta eléctrica hacia la parte del valle de Tumbaco.

Juan Palacios, coordinador del Centro de Pronóstico del Inamhi, indica que entre 1878 y 1881 del mes de octubre registraba las precipitaciones más fuertes. Por ejemplo, el 4 de 1878 una lluvia de 24 horas de 62.6 milímetros, así se indica en una publicaciones del Observatorio Astronómico de Quito, ubicado en la Alameda.

Y justo por ese hecho, los quiteños de aquel entonces lo asociaron con el festejo de San Francisco de Asís.