placeholder
Las Últimas
26 de agosto de 2020 14:12

Luchadores del ‘ring’, de vuelta

Los luchadores entrenan en el ‘ring’ de la Ferroviaría: El Kike (negro), Cris Air (rojo) y Demencia (verde). Fotos: Cortesía   Escuela EFW

Los luchadores entrenan en el ‘ring’ de la Ferroviaría: El Kike (negro), Cris Air (rojo) y Demencia (verde). Foto: Cortesía Escuela EFW

Betty Beltrán (I)

Andaban desesperados y, pata gallareta, ejercitándose en casa. Los deportistas de la Escuela de Lucha Libre EFW, de la Ferroviaria Alta (sur de Quito), no podían estar sin actividad física y soñaban con volver al ‘ring’.

Al fin, la semana pasada se concretó aquello para, casi llorando, subir al cuadrilátero que los vio crecer en ese deporte de fuerza, agilidad y resistencia. Eso sí, lo hicieron en grupos de cuatro y con todas las medidas de bioseguridad. Con esa condición retornaron a los entrenamientos.

Es que, además, urge que se pongan al día porque a fines de octubre tienen una presentación en Sangolquí. Allí se está armando un evento online ‘pague por ver’ de lucha libre y los estelares serán los de la EFW.

Esta escuela tiene 10 años de experiencia, cuenta Roger Torres, propietario del lugar. Todos sus luchadores tienen su hinchada, están entre 19 y 35 años. Cada uno se mete en la piel de un personaje: Cris Air, Demencia, Adum, Callejero, Cronocks, Cris Black, Cazador, Ángel de Plata, Axel…; pero El Kiki es el que más adeptos tiene por su carisma, asegura Roger.

Sobre el ‘ring’ de seis por seis metros cuadrados se encargan de contar una historia. La Escuela EFW queda en la esquina de las calles Eliodoro Ayala y Nariz del Diablo, frente al Colegio Vicente Rocafuerte.

El profe Roger rememora los momentos duros que pasaron durante el confinamiento: “de la noche a la mañana cerramos el local y cortamos toda comunicación”. Creía que la medida no duraría más de un mes. Se equivocó, pues al cabo de cinco meses aún no la pueden reabrir.

Solo volvió al ‘ring’ para los repasos en grupos de cuatro personas, los martes y jueves, a las 17:00; y los sábados a las 10:00. Y Roger insiste, siempre con mano dura y todas las medidas de bioseguridad.

En el entrenamiento hacen calentamiento, aflojan músculos, después practican caídas, los movimientos mortales o llaves. También repasan un poco de técnica y hacen secuencias de lucha libre. Y al final, cada luchador deja a punto su movida final, aquella que le caracteriza frente a su público que les pide volver.

Cada grupo de cuatro luchadores entrena solo dos horas y por eso debe poner los cinco sentidos, no ve que -como dice Roger- el método es clave para “meter la mano con técnica y no lesionarse o hacer daño al compañero”. Todo es cuestión de flexibilidad y coordinación.

Y eso no lo pueden hacer en casa, porque por más ejercicios que allí realicen siempre necesitan practicar las movidas en el ‘ring’ y algunos están gorditos y urge ponerse a dieta y recuperar el cuerpazo que caracteriza a un luchador.
Aunque la exhibición de lucha libre no será con público en vivo y en directo, sino virtual, les hace ilusión volver al ‘ring’ porque eso es su vida, admite Roger. Y agrega: la lucha libre ya no