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3 de junio de 2020 12:51

Don Jacho, el líder eterno de la 5 de Junio

Don Manuel Jacho, entregando kits de ayuda a los vecinos del Centro. Foto: cortesía Mayra Jacho

Don Manuel Jacho, entregando kits de ayuda a los vecinos del Centro. Fotos: cortesía Mayra Jacho

Betty Beltrán
(I)

Tenía 74 años. Manuel Jacho era pintor y durante buena parte de su vida se dedicó a la dirigencia barrial en la 5 de Junio y también en San Sebastián, sitios tradicionales del Centro Histórico de Quito. Esa era su pasión: servir a los vecinos, incluso con plata y persona.

De esto último dan fe aquellos quienes tuvieron el privilegio de conocerlo y trabajar con él. Guadalupe Panchi, lideresa de La Colmena, llora cuando habla de don Manuel, su mentor: “Era re buena gente y fue de los pocos líderes barriales que defendió lo que su comunidad quería”.

“Siempre con el consejo justo, solía decir que ‘tenemos que seguir caminando y las autoridades nos tienen que escuchar’. Me duele su partida porque con él construimos un tejido social fortalecido en el Centro Histórico”, rememora Panchi.

Don Manuel tuvo tanta hinchada que incluso unas escalinatas que están por su casa, ubicada en la 5 de Junio Oe-322 y Tejada, fue bautizada como ‘Pasaje Jacho’. Cuando se enteró de aquello se llenó de pudor, pues creía que era su obligación trabajar por el Centro de la capital y lo hacía sin buscar aplausos. Solo pedía que la gente colabore.

El covid-19, lastimosamente, lo venció. Tras su muerte, su nieta Mayra Jacho menciona que buscará esos documentos que avalaban el nombre del pasaje y hará las gestiones para bautizarlo oficialmente con el apellido de su abuelito que le enseñó “a ser bien buena gente”.

Aquí, en una de sus caminatas por la 5 de Junio, al pie de El Panecillo.

Aquí, en una de sus caminatas por la 5 de Junio, al pie de El Panecillo.

Don Manuel no solo fue presidente de su querida 5 de Junio. En otros períodos fue parte del Cabildo de Seguridad o de la Liga de San Sebastián… Era bien andariego y amiguero, tanto que con la bola de amigos que tenía en el Municipio siempre estaba gestionando alguna obra, por sencilla que sea, para su sector.

No solo eso, llevaba al barrio a un montón de especialistas para que ofrezcan charlas para la seguridad o emprendimiento; esas reuniones las armaba en el sitio donde están las lavanderías de la 5 de Junio. La Policía Nacional le tenía como un gran apoyo para el buen vivir de la zona.

Cuando más se empeñó por trabajar fue en tiempo de vacaciones de los guaguas, y para que pasen entretenidos se desdoblaba por conseguir la manera de armar campamentos vacacionales. Y buscaba a los perros policías, comparsas, bandas de pueblo...

Si no le podían ayudar, de su bolsillo hacía un programa de Navidad en el barrio. Estaba en todo, y mucha gente se acuerda que en cada fiesta que hacía no faltaba su chicha de jora que él mismo preparaba en casa.

Otra práctica que tenía: caminar por su barrio e ir, puerta a puerta, invitando a la gente a que acuda a la sesión o a la fiesta. Le encantaba que toda la vecindad goce en comunidad.

Ni la pandemia le obligó a quedarse en casa. Durante esta emergencia sanitaria se dedicó, en algunas ocasiones, a entregar los kits de alimentos del Municipio o del Gobierno. Obviamente, su familia le decía que no saliera, que se quedara en casa, pero no hacía caso y salía con mascarilla, guantes y capucha en la cabeza.

“No había fuerza humana que le impidiera colaborar en esa tarea”, agrega su nieta Mayra. Y cuando regresaba a casa, religiosamente, se sacaba su chompita en la entrada del hogar. Pero un día jueves, hace 15 días, enfermó.

Al inicio tenía una infección a las vías urinarias, luego le dio fiebre…. Pero se resistió a que le llevaran a un hospital; solo cuando empezó con tos y flema el doctor, vía telefónica, le dio medicación. Pero nada, después vino el escalofrío, la falta de aire...

Cuando llegó a un hospital ubicado en el sur de Quito, una semana después de los primeros síntomas, estaba muy malito y le ingresaron a terapia intensiva. Horas después, su cuerpo no aguantó y, cuenta su nieta Mayra, falleció por el covid-19; eso ocurrió el pasado miércoles 27 de mayo del 2020, a las 03:00.

Unas horas después, a las 06:00, Mayra recibió la llamada del Hospital. Posteriormente, una funeraria dio la oportunidad de velar los restos de don Manuel unas tres horas, y tras la misa presente, con la presencia de unos 20 familiares, le cremaron…

Dos de sus cuatro hijos, que viven en España y Chile, estuvieron muy golpeados, porque con la lejanía el dolor es más potente. Pero todos mismo están deshechos porque era un hombre transparente, humilde, generoso, amable y comedido con el barrio. Lo extrañarán todos…