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26 de noviembre de 2019 12:37

La migración contada por los estudiantes

En la imagen, los ganadores del concurso: Orlando Joao Iza Olguín (centro), Alessia Sabrina Jara Rosas (de blanco), Ramsés Isaú Andrade Arciniega y Carlos Javier Ruiz León. Foto: Flickr Ministerio de Educación

En la imagen, los ganadores del concurso: Orlando Joao Iza Olguín (centro), Alessia Sabrina Jara Rosas (de blanco), Ramsés Isaú Andrade Arciniega y Carlos Javier Ruiz León. Foto: Flickr Ministerio de Educación

Redacción Últimas Noticias
(I)

Cuatro estudiantes fueron galardonados por contar y pintar su mirada sobre la migración y sobre la igualdad, sobre la lucha contra el discrimen.

Ellos participaron en el concurso Te cuento Mi Historia, que llevaron adelante el Ministerio de Educación, Unicef y el diario ÚLTIMAS NOTICIAS.

La iniciativa buscaba que los estudiantes (de 7 a 18 años) plasmaran en dibujos y en relatos originales experiencias propias o ajenas que hablaran de migración, que revelaran situaciones de discrimen, pero que hablaran también de encuentro, empatía e inclusión.

Los ganadores fueron premiados ayer, 25 de noviembre del 2019, en el programa Juntos contra la Violencia, que se desarrolló en el Ministerio de Educación, a propósito del Día Mundial por la No Violencia Contra la Mujer. Ante estudiantes, profesores y autoridades fueron reconocidos los trabajos ganadores de las dos categorías convocadas.

La primera fue para estudiantes de 7 a 12 años, quienes debían expresarse a través de dibujos. El ganador fue Orlando Joao Iza Olguín, de 7 años. Él estudia en el 3° de Básica, en la Institución Educativa Fiscal Concentración Deportiva de Pichincha, de Quito.

El dibujo de Orlando Joao Iza Olguín, de 7 años, fue el ganador. Foto: ÚN

El dibujo de Orlando Joao Iza Olguín, de 7 años, fue el ganador. Foto: ÚN

La segunda categoría fue de relatos, para estudiantes de 13 a 18 años. El primer lugar fue para Alessia Sabrina Jara Rosas, de 17 años. Ella está en 2° de Bachillerato en la Unidad Educativa América del Sur, de Guayaquil.

El segundo lugar lo obtuvo Carlos Javier Ruiz León, de 13 años, quien cursa el 8° de Básica en el Colegio Fiscal Mixto Dr. Francisco Campos Coello, también de la ciudad de Guayaquil.

El tercer lugar fue para Ramsés Isaú Andrade Arciniega, de 12 años. Cursa el 8º de Básica, en la Unidad Educativa San Francisco, de la ciudad de Ibarra.

A continuación los relatos de los estudiantes:

Te cuento mi historia

Alessia Jara Rosas
U.E. América del Sur (Guayaquil)

Esta historia empezó hace mucho, cuando mis padres decidieron ir a vivir a otro país sin ningún conocimiento de este, dejando a sus familias atrás, para buscar un mejor futuro, el país que eligieron? Pues nada más ni nada menos que Italia, tuvieron que enfrentarse a muchos problemas, el principal el idioma, la cultura y el clima.

Después de varios años viviendo ellos dos juntos con mi hermano aparecí yo! Y aquí es donde empieza mi historia. Nací el 21 de junio del 2002, el primer día de verano, mi madre eligió mi nombre el cual es Alessia. Fui creciendo, siempre fui una niña tranquila pero muy sociable, me gustaba leer, pasar tiempo con mi familia.

Pero no todo es color de rosa, a pesar de haber nacido en Italia, hablar Italia había un problema…yo no era y no soy italiana de sangre, no parecía una italiana y esto conllevo a que sufriera de bullying. Constantemente era menospreciada por niños, tenía que escuchar sus insultos hacia mí, y no era solo por mi color de piel también tenía que ver mi peso, crecí con inseguridades sobre mi apariencia, no entendía él porque era diferente a ellos, no lograba entender porque ellos me trataban así.

Busque alejarme de esos problemas a través de los libros, al leer podía viajar a través de la imaginación, ser libre, en mi mundo nadie era menos que otro. Y así fue como empecé a leer y empezar a coleccionar libros, el amor hacia estos solo fue incrementando.

El tiempo paso y a la edad de 10 años vine a vivir a Ecuador, no era la primera vez que venía, solía venir de vacaciones, pero esta vez venía a quedarme, mis padres se quedaron en Italia, al comienzo estaba feliz de venir, pero cuando descubrí que ya no volvería a Italia sentí miedo, yo no sabía nada de Ecuador, algo del idioma pero después nada.

En la escuela era difícil, pues la ortografía era diferente, me confundía mucho, a veces hacia errores que ahora me parecen muy divertidos. Tuve que esforzarme para comprender a veces cosas que no entendía, así que empecé a leer libros como las enciclopedias que tenía mi hermana. Así fui comprendiendo más cosas.

Aquí en Ecuador me sentía más segura, ya que no era discriminada por mi color, a veces por mi peso pero no por mi color y eso me hacía feliz, al fin era igual al resto.

Admito que muchas veces lloraba porque extrañaba Italia, extrañaba a mis padres, la diferencia era increíble, ir a la biblioteca con mis amigos y leer por horas, pero las cosas no podían cambiar, tuve que empezar otro capítulo de mi vida y sigo escribiéndolo.

Con el tiempo empecé a buscar nuevos pasatiempos uno de ellos es aprender idiomas, no se porque empecé hacerlos, tal vez fue porque gran parte de mi

niñez estuve con niños de diferentes nacionalidades, los cuales eras hijos de padres migrantes como yo.

Hasta el día de hoy me sigo esforzando, quiero ser traductora, poder ser una persona poliglota y viajar por el mundo, conocer culturas, tradiciones, saber más y más de diferentes países.

Para poder aprender idiomas busco diferentes maneras, viendo videos, yendo a cursos, viendo series y animes, practicar la escritura de cada idioma, pero no estuve sola, hubo personas que creyeron en mí que me ayudaron, que usaron su tiempo para ayudarme, esas personas que quiero tanto y aprecio, les demostrare que su tiempo no fue en vano.

Deseo poder terminar mis estudios, tener una carrera, tener un trabajo, si en un futuro tendré hijos les enseñare a respetar a los demás, le inculcare el amor hacia la lectura y que aprendan idiomas.

Ahora tengo 17 años, han pasado 7 años desde que emigre, el comienzo fue difícil, las ganas de regresar el tiempo eran muchas, las lágrimas que caían de mis ojos eran demasiadas, veía los aviones imaginando que algún día volvería a mi país. Pero no todo es malo, conocí a personas especiales, que adoro y aprecio, hice recuerdos inolvidables y los seguiré haciendo. Mis padres emigraron de Ecuador a Italia para un mejor futuro y yo emigre de Italia a Ecuador para buscar mi futuro.

Como hija de migrantes y siendo una, aprendí a no discriminar a nadie por su nacionalidad y color, todos somos iguales, todos somos humanos, nadie es menos ni tienes que hacer menos a nadie.

En fin esta es mi historia o más bien el comienzo de esta.

De Frontera en frontera

Carlos Javier Ruiz León
Colegio Dr. Francisco Campos Coello (Guayaquil)


Estaba cursando el último año de primaria en Venezuela, cuando mis padres me dijeron que por la situación económica terrible que estábamos pasando, nos retirábamos del país, para buscar nuevas oportunidades, en mi corta edad de doce años observaba que faltaba comida en la nevera y a mis padres no les alcanzaba para mantener a la familia.

La bomba que estalló la decisión de irnos fue una discusión de diciembre del 2017, en un almuerzo mi padre enojado se expresa hacia mi madre: ¿Por qué comemos esto?, replica mi madre: Es lo único que hay. Esa discusión generó que se tomara la decisión de salir del terruño y buscar nuevas fronteras a un país llamado Ecuador.

En abril del 2018 vimos partir a mi padre, nos quedamos mi madre, hermano mayor, los tres esperando que pasaba y una llamada telefónica nos avivó las oportunidades, mi padre a los dos días había conseguido trabajo como chofer, aunque me ponía triste porque tenía que dejar la escuela y mi ciudadela con mucho dolor.

Sin mucho tiempo en el mes de mayo del mismo año, mi hermano Richany decide marcharse para Colombia, sólo le pedía a Dios que guie estas decisiones tomadas en poco tiempo.

Mi madre fue a la escuela a pedir los documentos para legalizarlos en el extranjero, el inspector del curso dio una charla de la amistad y comentó mi caso de que ya no estudiaría y migraría para buscar nuevas oportunidades, fue terrible mis compañeros se pusieron a llorar por mi pronta partida.

Vendimos el auto, para completar el pasaje, después de dos meses pudimos partir a buscar nuevas oportunidades, el día de la partida nuestros familiares nos acompañaron, lloraron hasta mas no poder.

Acudimos a una agencia de viaje que nos llevaría a Ecuador haciendo trasbordo en la frontera con Colombia (Cúcuta), nos llevaron directamente a la cola, que nos tenían reservado al grupo de personas y no demoramos mucho tiempo y sellamos la entrada.

Una vez en el puente internacional nos bajamos y caminamos, nos llevaron las maletas y un guía nos apoyaba en cada momento, en la frontera tomamos un descanso, bañándonos y comiendo algo ligero.

Larga espera de tres horas para coger el bus que nos llevaría al próximo destino Ecuador, el tercer día de viaje ocurrió un incidente por las carreteras en una curva la puerta de ingreso del bus se le destruyen el vidrio, casi caemos al barranco.

Al siguiente día en la frontera Ecuatoriana, paro el bus y sellamos los pasaportes de salida de Colombia e ingreso a Ecuador, demoramos en la fila habían más de 3.000 personas aproximadamente, éramos los números 3.203 y 3.204, hasta las siete de la noche que nos desocupamos, hacia un frío que ingresaba a los huesos, esperamos hasta las 12:00 pm, agarramos taxi hasta la ciudad de Tulcán.

Como nos informaron que a las 04:00 am salían los carros a la ciudad de Quito, recogimos el dinero y particularmente llegamos a la capital ecuatoriana y nos embarcamos para Guayaquil nuestro destino.

En el terminal de Guayaquil, bajé del autobús y sentí un abrazo por la parte detrás de mi espalda, la gran emoción, mi padre nos estaba esperando.

Al llegar mi padre nos llevó a desayunar, al siguiente día mis padres se dirigieron al distrito para buscar matricula, primero el examen de ubicación, el primero no lo aprobé, pero la segunda prueba la pasé de 7mo a 8vo, para ingreso a 8vos, pero como ya estaba concluyendo el período lectivo, tenía que esperar al nuevo ciclo escolar.

Poco a poco hago amistades y me han acogido muy bien en este sistema y darme la oportunidad de expresarme. Espero que nos sigan abriendo las puertas a nuevas experiencias y oportunidades.

Un poeta emigró

Ramsés Andrade Arciniega
U.E. San Francisco (Ibarra)

Pablo es de nacionalidad cubana, es escritor y poeta, ha escrito a grandes héroes, a las nubes, la luna, el amanecer, al ocaso, al amor, la soledad, la desesperanza, la libertad y la vida.

Pablo recuerda como si fuera ayer cuando viajó a Ecuador, dejó su país para reencontrarse con su padre que vive aquí hace 10 años.

Desde el avión observó el puerto, lugar que muchas veces miró desde el balcón de su ventana la llegada de los barcos, lágrimas de tristeza rodaron por sus mejillas, dejaba a su madre en la isla a quien ama con todo su ser.

Durante su viaje muchas cosas pasaron por su cabeza, emociones de tristeza y alegría. El encuentro con su padre fue muy cálido y alegre, al fin lo pudo abrazar, sin embargo, estaba en un país con costumbres y culturas diferentes. Se sintió muy extraño, especialmente las primeras semanas, le costó adaptarse a su nueva vida.

Cuenta que se sintió rechazado por las otras personas por su nacionalidad. Pablo tuvo una fortaleza y soporte grande que fue su padre, también conoció a una persona especial que le acogió en su país y que le hizo sentir como en casa. Al conocer su historia hoy podré entender y tratar a un migrante con más humanidad y cariño.

La gran importancia de la empatía en el retorno

Narcisa de Jesús Rodríguez Osorio
U.E. Arsenio López


La problemática que afecta a todas las personas es la falta de empatía, motivo por el cual se realizó una observación en el 8-9 mes del año 2019.

Se hizo observaciones en diferentes lugares, en el parque; las primeras víctimas de la falta de empatía fueron personas extranjeras que por allí pasaban, los presentes murmuraban que podrían ser ladrones o personas peligrosas, pero en la realidad solo buscaban trabajar para subsistir y poder ayudar a sus familias residentes en Venezuela, luego se observó la actitud en un aula del colegio Arsenio López, en la cual se vio que entre compañeros de curso no había una buena relación, posteriormente se observó un hogar en el cual padre maltrataba a su esposa, el hijo adoptó conductas rebeldes y mal desempeño en clases, por último se visualizó la conducta de un niño que había perdido a su padre el niño se hizo muy callado y solitario

Para poder en algo cambiar estas situaciones, es muy importante ponerse en los zapatos de otros captar lo que sienten, aceptar los defectos, valorar las virtudes, ayudarse unos a otros a ser mejores, observar lo que cada persona lleva en su interior. '' ¡SEAMOS AMIGOS!

Una nueva oportunidad que me dio la vida

Jordy Alexander Tama Nivicela
U.E. Nicanor Aguilar Maldonado (parroquia San Juan del Cid, Gualaceo, Azuay)


San Juan del Cid, es la parroquia más antigua de la provincia del Azuay, pertenece al cantón Gualaceo, tiene aproximadamente ocho mil habitantes, muchos de ellos emigraron a los Estados Unidos.

En los últimos tiempos se ha incrementado la salida de habitantes de esta parroquia, entre ellos, jóvenes.

Maritza Encalada, una joven de diecinueve años es una de ellas. Cursaba el tercer año de bachillerato en la U.E. ”Nicanor Aguilar”. Cuando faltaban pocas semanas para graduarse, cayó en la tentación de emigrar ilegalmente a EE.UU, según ella, para “tener una mejor vida lejos de mi país” dijo.

Viajó en avión a México, mientras volaba, se sintió sola y comenzó a extrañar a su familia y amigos.

Ya en el aeropuerto de México, su sueño se terminó porque no le dejaron continuar el viaje, por ser menor de edad, y regresó.

Ya en su natal San Juan decidió retomar el estudio.

Al ser consultada si recibió algún tipo de rechazo por parte de sus compañeros y docentes respondió “ninguna discriminación”.

El 25 de julio se graduó junto a sus compañeros y por eso dijo “me siento muy feliz por la oportunidad que me dio Dios para regresar y cumplir mi sueño”.

Una salida inesperada

Yisbeli Yorbeli Troconis Campusano
Colegio Fiscal Mixto Dr. Francisco Campos Coello (Guayaquil)


Faltando escasos días para finalizar el mes de diciembre del 2018 esperábamos la visita de un familiar que no veíamos hace mucho tiempo y celebramos la llegada con una fiesta ya que era muy querido por nosotros.

Al día siguiente nos da una sorpresa que nos llevaría al terminal de la bandera para ahí comenzar nuestra travesía hacia Ecuador ya que las condiciones no eran favorables en el sentido seguridad, alimentación.

Pasamos tres días de intenso sol con mi hermana, padre y abuelos, pasamos muchos inconvenientes como la alimentación, cansancio, las piernas nos dolían de tanto caminar, el frío que te carcome el cuerpo.

Pese a las adversidades ingresamos por el puente internacional, sellaron nuestros pasaportes e ingresamos a Ecuador en busca de nuevas oportunidades, con sueños.

Nos reencontramos con nuestra madre que estaba hace cuatro años en Guayaquil, vino por la situación económica, dejé todo en Venezuela ropa, amigos, útiles escolares, solo venimos con lo necesario, no me acostumbro todavía a este nuevo espacio, salir huyendo de tu país por la violencia que se está viviendo, es doloroso, pero esa salida inesperada nos ha dado un nuevo amanecer, que poco a poco estamos logrando cambios, son difíciles pero con la ayuda de Dios y de las nuevas amistades.

Como extranjeros no deberíamos ser discriminados, porque hago recuerdo que Ecuador ha sido migrante en EE. UU, España, Italia, han tenido muchos tropiezos y dificultades, pero no debemos cuestionar porque nos encontramos en Ecuador sino buscar una salida y soluciones a la situación migratoria para vivir en armonía con los demás, no venimos a dañar a nadie, solo a convivir y construir un futuro con igualdad de oportunidades, amándonos unos a otros, seremos mejor cada día.

Hay que recordar que todos vivimos situaciones buenas y malas, ninguna persona tiene que ser discriminada o no va a pasar por una adversidad, lo que nos ocurrió, fue una decisión gubernamental que afectó a Venezuela, pero los que buscamos un porvenir no somos culpables de la crisis económica, política y social.

Llevémonos bien entre todos, apoyen a nuestros migrantes como nosotros apoyamos en los tiempos de bonanza venezolanos a los hermanos ecuatorianos en momentos de crisis.

Actualmente estamos estudiando en un colegio fiscal y nos encontramos luchando por un porvenir, luchando para mejorar las condiciones de vida de nuestra familia tanto en Ecuador como en Venezuela.

El sábado de Carnaval

Juan Pablo Delgado Guerrero
Colegio Fiscal Mixto Dr. Francisco Campos Coello (Guayaquil)


En el año 2017, mis padres llevaban separados tres años, somos tres: 11, 8 y 4 años respectivamente.

Como funcionario público a mi padre no le alcanzaba el dinero, el conformaba el movimiento de resistencia contra el régimen de Maduro, para pedir la renuncia de Nicolás Maduro.

El salario de servidor público no alcanzaba para cubrir las necesidades básicas y de atención al hogar, imposible mantener un nivel de comodidad y bienestar.

En esas condiciones mi madre en el 2017, solicita la nacionalidad ecuatoriana y sale a mediados de octubre del mismo año a buscar nuevas oportunidades, pero mi padre se queda a cargo de nosotros.

Al no existir el transporte público, el acceso a la educación se volvía caótica, la inseguridad, pero gracias al apoyo de nuestra madre, cubría los gastos de alimentación.

En el carnaval del 2018, partimos desde San Antonio de Táchira, un viernes donde comenzaría el cambio de nuestras vidas en un país que no sabíamos de qué manera nos recibiría.

Salimos en la tarde, porque bajaba el impacto de la salida de personas, con lágrimas en los ojos salimos de la querida Venezuela a una nueva vida.

Dos días viajando por Colombia hasta el aeropuerto de Pasto, con la ayuda de mamá que nos compró los pasajes hasta la frontera que nos encontramos a las 10:30 pm para sellar la salida.

De Colombia entrada a Ecuador, aproximadamente a las 02:00 am realizamos el chequeo, nos trasladamos a las 03:00 al terminal de Tulcán a Quito. Luego nos dirigimos a Guayaquil, después de quince días nuestro padre se regresó vía terrestre a Venezuela.