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22 de julio de 2019 09:30

Minga con mensaje ambiental

La minga empezó en la Plaza Grande y siguió por la calle García Moreno. Foto: Ana Guerrero / ÚN

La minga empezó en la Plaza Grande y siguió por la calle García Moreno. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Redacción Últimas Noticias

Con costal en mano, unos guantes y harta voluntad por el planeta arrancó la minga en el Centro de Quito. 25 voluntarios le entraron a la convocatoria de PlastiCo Project, una organización ambiental que nació en el 2017.

La Plaza Grande, que fue el punto de encuentro la mañana del domingo, 21 de julio del 2019, quedó guapa, luego de una jornada de limpieza. Los voluntarios esculcaron hasta entre las plantas para retirar los desechos. Era la primera minga de la agrupación en la zona patrimonial, pero la número 36 en Quito.

Las jornadas son parte del proyecto Yo limpio Quito que, a su vez, se incluye en Yo limpio Ecuador. La organización trabaja en el país, con sede en Quito.

Andrea Lema, fundadora de PlastiCo Project, detalló que la agrupación está en contra de la contaminación con plásticos. Por eso mismo se ponen manos a la obra para, dos veces al mes, salir a limpiar. En un año ya han llenado 1 000 costales. Donará más para que puedan seguir en la tarea y, de paso, se une.

Las mingas han llegado hasta sitios como La Floresta, Jipijapa, La Mariscal, casi todos los parques del norte, entre otros. Ya están apuntando a ir hacia el sur.
Como dice Lema, la minga no es todo, a la par, hacen una investigación del tipo de desechos que se producen en los diferentes sectores. De ahí parte la definición del tipo de hábitos que tiene la comunidad.

En La Carolina, por ejemplo, abundan tarrinas y sorbetes, mientras que en La Mariscal, las colillas de tabaco y las botellas. Luego de cada recolección hacen una caracterización de todo lo recolectado.

El 21 de julio, la recolección se extendió desde la Plaza Mayor por la calle García Moreno hasta llegar a la Basílica. En este último punto se armó un pequeño puesto de acopio para separar lo recolectado. Eso sí, nada era reciclable. Fueron poco más de 1 000 colillas, unas 100 botellas, 120 vasos, etc. Los datos finales se procesarán en el transcurso de la semana.

La jornada arrancó a las 09:30 y se extendió por más de una hora. Foto: Ana Guerrero / ÚN

La jornada arrancó a las 09:30 y se extendió por más de una hora. Foto: Ana Guerrero / ÚN


Paulette Goyes, directora de investigación del grupo, participó en la minga y, de paso, contó que siempre lleva en su mochila cubiertos y un recipiente, por si debe comer en la calle. Recordó que del 50% de plásticos que se producen, al menos el 50% es de un solo uso. Y de ahí la necesidad de ir cambiando los hábitos de la comunidad.

Como mencionó la joven bióloga, no solo es cuestión de obligar a los comerciantes a eliminar los recipientes de plástico. La comunidad puede hacer su parte, por ejemplo, cuando vaya a los agachaditos, lleve un recipiente desde la casa.

Para rematar, la investigadora contó que entre el 30% y el 40% de lo que recogen en las mingas suelen ser colillas de tabaco. No serán ruditos, si ya de por sí es necio y no deja el vicio, al menos no bote lo que le sobra en plena vía o acera. Y si se anima, mejor deje nomás de meterse humo y contaminantes.

Uno de los voluntarios que se unió a la tarea por el ambiente fue Andrés Pantoja. Con decirle que el joven estudiante y trabajador hasta pidió permiso en el establecimiento donde labora para entrarle a la limpieza en el Centro.

A Pantoja le llamó la atención que a simple vista el Centro parece limpio, pero resultó que cualquier hueco, incluidos los espacios entre las piedras, se volvieron basureros. Hasta entre las rejas de las ventanas la geste coloca basura.