Una mujer con niña ajena fue detenida
Domingo, 17:40. Francisco Castillo, agente civil de tránsito, observó que una mujer ingresó con su camioneta por el carril de la ciclo vía del Paseo Dominical, a la altura de la Cardenal de la Torre, en el sur de Quito. De una le hizo señales acústicas para que se detuviera. Y nada.
Así que la persiguió con el patrullero de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT); en ese momento, en la vía exclusiva aun habían vecinos, grandes y chicos, dándole al pedal por ese tramo, recuerda Castillo. Y el vehículo no se detenía por nada, con el peligro que eso conllevaba.
Solo en la intersección de las calles Ajaví y Cardenal de la Torre, la mujer que conducía la camioneta paró la marcha y el agente le pidió sus documentos. Pero la señora, de alrededor de unos 35 años, le dijo que no los tenía.
Castillo insistió una y otra vez con su pedido de papeles, también metió la cabeza dentro de la camioneta y constató que una menor de edad, de alrededor de un año, estaba en el asiento del copiloto y sin ningún tipo de seguridad. Allí preguntó si la pequeña era su hija, y la mujer respondió que sí.
Ante la falta de documentos, el agente le sugirió que hiciera una llamada telefónica a algún familiar para que se los traiga porque tenía que validar la identidad. La mujer respondió que su teléfono estaba apagado.
Así que, con santa paciencia, otro agente que unos segundos antes había llegado al punto para colaborar con Castillo, le prestó el celular para que la señora haga su llamada. Paralelamente, los agentes oliéndose algo raro se conectaron con la Policía Nacional.
Minutos después, se constató que la mujer tenía una denuncia por desaparición. Los agentes entregaron el caso a la Policía Nacional. Les pidieron que llenaran una ficha con todos los datos de los acontecimientos porque ellos fueron quienes localizaron a la señora con niña ajena.
Luego llegaron los padres de la pequeña, cuenta el agente Castillo. La madre con gran emoción, les dijo mil gracias a los agentes, quienes se retiraron con la satisfacción de haber evitado una desgracia.
