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22 de diciembre de 2021 17:02

Mujeres se unen entre camaradas

Las chicas comparten sus vivencias y las plasman en nuevos proyectos. Foto: cortesía

Las chicas comparten sus vivencias y las plasman en nuevos proyectos. Foto: cortesía

Ana Guerrero
(I)

El cine comunitario es una de las iniciativas que han crecido con pandemia y todo. Se trata de ‘De Cámaras a Camaradas’. La cinta ‘Ecos de piel’ es el fruto del trabajo con mujeres lideresas barriales que se encontraron en el Centro Cultural Turubama.

“Las mujeres llevamos en la memoria y la piel cicatrices como huellas en el tiempo”. Esta es la proclama de una obra que surgió de un taller dictado en Quitumbe, en el sur de la ciudad.

El cortometraje tiene formato stop-motion y retrata las diferentes formas de violencias que viven las mujeres desde que son niñas. El estreno fue en el Parque Urbano Cumandá, en días pasados.

‘De Cámaras a Camaradas’ surgió en el 2019, con el objetivo de promover la coexistencia pacífica entre personas de comunidades de acogida en varias localidades del Ecuador y en situación de movilidad humana. Una de las herramientas, justamente, es el cortometraje sobre problemáticas relacionadas a la vulneración de los derechos humanos.

Los integrantes de este programa ya han trabajado con más de 200 personas en siete ciudades del país. Han tenido el acolite de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, la Fundación Aldhea, entre otros frentes.

Ya en Quitumbe, el corto se desarrolló en el último trimestre de este 2021. Y mujeres, de entre los 17 y 46 años, le entraron al reto. Ellas son parte de una comunidad de acogida, así como otras que están en situación de movilidad humana, de otras provincias del Ecuador y países como Colombia y Venezuela.

De entrada, ellas aprendieron el santo y seña del uso y manejo de herramientas audiovisuales.

La autorrepresentación y la prevención de la violencia de género fueron dos elementos de cajón. Le entraron a la realización colectiva: Leidy Durán, Maribeth Ortiz, Elena Collaguazo, Claudia Chila, Gladys Maiza, Shersy Caicedo, Aidée Reyes, Noemí Solano, Jhonielys Hidalgo, Esther Vera, Roxanna Briceño y María Sánchez.

“Las representaciones de estas cicatrices desde la voz de este grupo de mujeres, nos invita a la reconstrucción de sentidos y sanación”. Este es una de las proclamas de Jhonielys, de 17 años, quien fue una de las participantes.

La joven es oriunda de Venezuela y llegó al país hace dos años. La madre de la muchacha llegó antes, trabajó duro para poder traer a sus dos hijos.

La joven vive en El Conde, en el sur, y se enteró de la iniciativa por la amiga de su progenitora. Con las demás chicas, compartió su experiencia al dejar su país y enfrentarse a una nueva realidad. Le encanta el teatro así que estuvo feliz de aprender sobre arte y varias herramientas.

Lorena Salas, directora general de ‘De Cámaras a Camaradas’, cuenta que para el corto hubo 15 encuentros y realizaron juntas el guion y el rodaje. La producción incluye las historias de las mujeres, en las que hay un elemento común: la violencia y las cicatrices.

Después del guion colaborativo se fueron acercando a la técnica, elaboración de escenario y, sobre todo, compartir y sacar sus experiencias. Habrá nuevas convocatorias para los talleres y quienes quieran unirse deben estar pilas a las redes de la iniciativa.

Y si quiere ver ‘Ecos de piel’ estará ojo al Cristo porque, cuenta Lorena, prevén tener una ronda de proyecciones en algunos festivales y en algunas ciudades del país.