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6 de septiembre de 2019 10:49

Muros con arte en el Mercado  Central

Los artistas pintan con el barullo como música de fondo. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Los artistas pintan con el barullo como música de fondo. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Ana Guerrero
(I)

El camino empezó en los corredores del Mercado Central y en las calles de La Tola, en el Centro de Quito. En el trayecto, un grupo de estudiantes de la Facultad de Artes de la Universidad Central conversaron con vecinos y ‘caseritos’ para desempolvar leyendas, tradiciones y personajes del sector. El resultado de esa recopilación: diseños para tres murales en las paredes del establecimiento.

A la primera obra, los jóvenes y el maestro Carlos Revelo ya le dan los últimos toques. Decidieron, cuenta el profe de pintura, plasmar las obras en espacios de gran formato del mercado y llenarlos de color. Arrancaron en una pared de unos 12 metros de ancho por seis de alto.

Maritza Ortega, Juan Corregidor, Stewart Torres, Mateo Falcon, Isabel Molina y Jefferson Cabascango son los encargados de dar color al Payaso Vega, un personaje recordado en el sector por sus relatos. Se lo conoce como un hombre que se conocía con santo y seña los nombres de las calles de Quito como ‘la Cuesta del Suspiro’.

El Payaso Vega comparte pared con la Monja de la Ventana, quien, relata el docente, es recordada por habitar en una antigua edificación en las tierras donde se levanta La Tola, y permanecer largos períodos en la ventana.

Maritza comparte que decidieron plasmar las historias y personajes con colores vivos y planos para que los comerciantes, clientes y turistas puedan regresar a la infancia. Y en el proceso no faltan los guaguas que se acercan queriendo unirse a la pintada. El primer mural está en una pared inclinada que conecta la primera y segunda planta del mercado. Así que al ver las casas incluidas en la imagen, de bajadita, remiten a las pendientes quiteñas.

Si bien los estudiantes le entraron al proyecto como parte de la materia de Vinculación con la Sociedad, lo hacen con gusto. Y no es la primera vez que arman guapas obras en el Central, ya hace unos meses plasmaron la estampa de 15 caseros y caseras. Los trabajos incluso se expusieron en el Museo de la Moneda.

Tanto es el gusto por plasmar sus obras que hay quienes aún sin estar en la asignatura le entraron al acolite. Ese es el caso de Jefferson Cabascango, quien va a sexto nivel de la carrera. En su casa andan contentos y hasta ya le han preguntado la fecha para ver listos los murales. Está previsto que hasta el sábado 14 de septiembre.

En el Mercado también están alegres. Fanny Bonilla, comerciante desde hace 40 años, tiene su puesto de comidas a unos pasos del primer mural. Cuenta que le gusta la iniciativa para dar vida al mercado. De pasito ya les sopló a los jóvenes que una de las tradiciones de La Tola de antaño eran los tucos bailes que se armaban en las calles Ríos y Chile.

Los hermanos contrataban hasta orquesta para encender las Fiestas de Quito y de fin de año. Claro, que era en esas épocas cuando el barrio era seguro.

Wilson Miranda, vicepresidente del mercado, agradece por el trabajo de los miembros de la Facultad. Y, de pasito, manda una cuña al resto de centros de abasto de la capital: que abran sus puertas al arte. No quiere que las obras se queden solo en el mercado inaugurado el 26 de febrero de 1952.

Y el ‘vice’, quien lleva 30 años trabajando en el sitio, no se queda atrás con el aporte de las tradiciones. Deja clarito que en el mercado funcionó la primera academia de box, una de las actividades históricas de La Tola.

Maritza, por su parte, comparte el entusiasmo al salirse del formato en el que habitualmente trabajan en clase, que no pasa de un metro. Y, además, se enfrentan a pintar subidos en una escalera, en plenas gradas y con el paso constante de la comunidad, o sea con público incluido.

En los dos murales restantes, los estudiantes y el profe incluirán también lugares tradicionales, como la Plaza Belmonte.