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24 de diciembre de 2020 00:00

Niños Divinos y bien andariegos

Soraya Bustamante y Orlando Apunte se llevan al Niño de Cotocollao.

Soraya Bustamante y Orlando Apunte se llevan al Niño de Cotocollao.

Betty Beltrán. (I)

Son bien andariegos. Llega diciembre y no paran en su casa, porque van de un hogar a otro de los vecinos, quienes suelen esperar algún milagro. Hablamos de los cuatro Divino Niño que son veneradas en la iglesia del mismo nombre, ubicada en el sector de Cotocollao (norte de Quito).

Todos los años, esa costumbre se repite. Los también llamados “peregrinos”, de no más de un metro de alto, salen del templo de la Machala N54-71 y Libertador a la vivienda de algún devoto para pasar allí una semana.

La hermana Nube Guamán, de la orden franciscana, cuenta que las tallas de los Niños se entregan a los padrinos el domingo y al cabo de ocho días, al siguiente domingo, los devuelven. Pero casi de inmediato vuelven a salir a otra casa; y así pasan todo el mes de diciembre.

Ese ritual también se prolonga a lo largo de enero y en julio, pues este último es el mes de su fiesta grande. La devoción se trajo desde Bogotá (Colombia), en 1992; en aquel año se entronizó la imagen en la Iglesia de San Francisco.

Las personas que se llevan a los Guaguas suelen anotarse con algunos meses de anticipación. Y no solo son de Cotocollao, también llegan personas de Tumbaco, Chillogallo, Machachi, Cayambe, entre otros sectores de la ciudad y la provincia.
Cuando se pregunta por qué les llevan a los peregrinos, la hermana Nube admite que por lo general es para rogar por la salud de algún miembro de la familia, incluso por alcanzar la armonía del hogar o simplemente por darle gracias ante algún favor recibido.

Ya en la casa del vecino, la familia suele rezar en torno a la imagen, y las religiosas franciscanas solían acompañar una noche. Al menos eso hacían en tiempos normales, pero ahora con el covid-19 se reservan este último paso.

El Niño pasará una semana con los Apunte, antes de ir adonde otros devotos. Fotos: Julio Estrella / ÚN

El Niño pasará una semana con los Apunte, antes de ir adonde otros devotos. Fotos: Julio Estrella / ÚN

Las tallas vuelven a su hogar en tres horarios: en la misa del domingo de las 07:00, de las 12:00 o de las 16:30. Como ya tiene su cachina bien puesta y de color rosado, los padrinos de una semana no se esmeran por comprarle algún ajuar. Lo que sí entregan son víveres para que las religiosas donen a las personas más necesitadas.

Para este 24 de diciembre, a las 18:00 y a las 20:00, habrá una misa especial por el nacimiento de Jesús en el templo de la Machala, obviamente con el aforo reducido. Pero desde el lunes ya no había cupo; así que para las personas que no pudieron inscribirse, las eucaristías serán transmitidas por Facebook Live.

Y si por acaso quiera tener como huésped a uno de los niños peregrinos, aún quedan unos cupos para la última semana de diciembre. Puede contactarse con la iglesia en el 259 3117 o en su página de Facebook.

Historia
La devoción al Niño Jesús empezó en el Monte Carmelo, cercano a Nazareth (Israel), donde, según la tradición, Jesús iba de niño a pasear y rezar.

San Antonio de Padua (en el año 1200) y San Cayetano (en 1500) difundieron su devoción al Niño. En los cuadros se los pinta con él en sus brazos.

Quienes popularizaron esta devoción fueron Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, fundadores de la orden carmelita. Con ella buscan “honrar los 12 primeros años de Jesús en la tierra”.